El próximo jueves 9 de febrero, se celebrará en Colombia, como ya es tradicional, el Dia del Periodista. Profesión, nunca oficio.

Por: Eduardo Aristizábal P.

Cuando la Corte Constitucional, en marzo de 1998 bajo la presidencia del antioqueño Vladimiro Naranjo y la ponencia de otro Magistrado antioqueño, Carlos Gaviria Díaz, declaró inexequible la Ley 51 de 1975 que adoptaba el Estatuto del Periodista, abrió de par en par la puerta para que cualquier analfabeta fuera periodista. El periodismo pasó de ser profesión a convertirse en un oficio o arte.

Mientras que en Colombia los bomberos, los agentes de tránsito, los evaluadores se pueden profesionalizar, los periodistas, no. Que contraste. Sin demeritar de ninguna manera las 3 actividades  mencionadas, salimos en defensa de nuestra profesión.

La Ley 51 de 1975 clarificó legalmente, de acuerdo con la Constitución Nacional, la situación de los periodistas profesionales empíricos y obligó a los aspirantes a tan digna profesión a vincularse, a partir de esa fecha, a los programas de pregrado de los centros de educación superior, para obtener el título y poder ejercer la profesión. No más empíricos después de 1975. Pero ahora, bajo el argumento, que la información es un derecho fundamental, no se puede limitar dicho derecho y cualquier persona puede ser periodista.

¿ Pero es lo mismo el derecho fundamental que tenemos todas las personas  a informar de manera particular, en la casa, en el bar, en el trabajo, en el estadio y la información de interés general, pública, seria y responsable que el periodista emite a través de medios masivos de comunicación ?  Estamos convencidos que son 2 cosas totalmente diferente; nos atrevemos a decir que es un axioma.

Y si hablamos de derecho fundamental como argumento para sustraerle la calidad de profesional al periodismo, ¿podríamos decir lo mismo de la medicina? La salud es un derecho fundamental, entonces de acuerdo con el anterior malhadado silogismo, todos podríamos curar, recetar y la medicina dejaría entonces de ser una profesión y los médicos no serían profesionales de la salud.  ¡ qué horror !

Los 9 Magistrados de la Corte se apartaron por completo del concepto emitido por el Procurador General de la Nación, de la época, jurista Jaime Bernal Cuellar quien les recordó que el artículo 73 de la Constitución señalaba que la actividad periodística gozaba de protección para garantizar su libertad e independencia. La Corte hizo una salvedad en el sentido de que seguía vigente el secreto profesional, afortunadamente; pero lo extraño es que, si el periodismo deja de ser profesional, su sigilo como va a llevar el apellido profesional. ¿ O es que ya existe constitucional o legalmente el secreto en los oficios ? Eso confirma que el periodismo es una profesión muy particular y no un simple oficio o arte. Que mal se le hizo, no solo al periodismo, sino al país.

A lo largo del proceso emitieron conceptos favorables a la constitucionalidad de “el periodismo es una profesión”,  el Ministerio de Comunicaciones, el Ministerio de Justicia, el Ministerio  de Educación, la Procuraduría General de la Nación, la Facultad  de Comunicación Social de la Universidad Javeriana, la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de la Sabana y el CPB – Círculo de Periodistas de Bogotá.

Como para los Magistrados de la, época, la información es un derecho fundamental, entonces ahora cualquier analfabeta puede ser periodista. Qué organismo dice ¿quién es periodista y quién no? Lo Más grave es que ésta delicada profesión, que además es una pasión y una devoción, nunca un hobby, es ejercida ahora por negociantes del periodismo que fungen como periodistas.

¿ En manos de que periodistas está el país ?