Esta dama colombo-venezolana desde hace dos años emprende un trámite para el reconocimiento en Colombia de sus estudios profesionales realizados en Venezuela. A pesar de las complejidades, no ha perdido la fe. Su historia sin duda alguna será ejemplo y motivación para otros ciudadanos. “Con Dios y el trabajo, todo se puede”.
Redacción: Lcdo. Luis Enrique Hurtado (Teléfono: 3142625682)
Lucha, optimismo, constancia y sobre todo fe, son los calificativos que describen el trabajo realizado por la señora Doris Hernández, una colombiana naturalizada en Venezuela, quien actualmente persigue el reconocimiento de su formación profesional, luego de graduarse y especializarse en suelo venezolano en una de las carreras más nobles : la educación y la Gerencia.
Siempre apegada de su espiritualidad en Dios, que le aporta paz interior, esta mujer espera desde hace casi dos años que el Ministerio de Educación colombiano convalide sus estudios universitarios.
Doris, de temple humilde y fuente de bondad contagiante, egresó como Licenciada en Educación Integral de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, en Barquisimeto (Venezuela), para luego hacerse de dos títulos con honores en Magister en Gerencia Educacional y Doctorado en Gerencia, en la Universidad Yacambú, siendo la primera doctora de la mencionada especialidad en la citada casa de estudios superiores.
Para cualquier ser humano, el hecho de poseer tres títulos universitarios sería motivo de tranquilidad y la materialización de una formación académica ejemplar, que de una u otra forma le permitan el reconocimiento de su esfuerzo, garantizándole el ingreso a áreas profesionales donde expandir y compartir los conocimientos adquiridos; pero algo ocurrió en la vida de Doris Hernández. La crisis social que vive Venezuela la obligó a regresar a su natal Colombia, guardando en carpetas su doble nacionalidad y sus credenciales universitarias.
Cuando Doris pensó que su retorno a Colombia, sería el inicio de una carrera de éxitos y oportunidades, jamás imaginó que iniciaría un proceso largo y desgastante de convalidaciones, que logran eventualmente agotarla, pero asegura que jamás la harán perder la fe y siempre espera una efectiva respuesta porque tiene cómo demostrar que cumple con los requisitos que se exige la Ley y por lo tanto tiene derecho a gozar del reconocimiento de sus estudios.
“Sigo empeñada y siempre acompañada de la mano de Dios, que lo vamos a lograr”.
Víctima de procesos burocráticos, esta profesional de la educación se ha sometido a extenuantes trámites en Venezuela y Colombia, en los que ha invertido tiempo y dinero, sin encontrar por parte del Ministerio de Educación Colombiano, respuestas efectivas.
“Siempre es un nuevo requisito, yo he cumplido con todos, pero llega un momento en el que sientes que las soluciones no se dan por falta de diligencia de los representantes del Ministerio de Educación que se encargan de revisar los documentos, agudizándose más el trámite pues es meramente virtual y no se permite presentar los recaudos en físico y que agente del organismo pueda verificar títulos, documentos y demás”, indicó Doris, alegando que ha hecho grandes sacrificios como el de regresar a Venezuela en busca de más papeles y actualización de formatos, que le exigen las autoridades educativas en Colombia, pero pese a ello, sigue pasando el tiempo y no hay respuestas favorables a su caso..
Percepciones
Grosso modo, Doris Hernández, comentó que considera que ha sido víctima de la xenofobia que hacen a los venezolanos en este país. “No podemos ocultar que aquí como en otras naciones, todo lo de Venezuela requiere de revisiones especiales. Sin embargo yo sigo y seguiré luchando por demostrar que a este país, también llegamos venezolanos formados y educados para ser útiles a esta sociedad”, apuntó. Del mismo modo asegura que es complejo el tema educativo de Venezuela y eso repercute en la convalidación de los títulos traídos desde ese país.
Un requisito que le indicaron realizar para reconocer el título de pregrado, fue cargar todos los documentos a una plataforma electrónica llamada VUMEN, tarea que realizó satisfactoriamente, pero el Ministerio insiste en la Consignación de más documentos, incluso algunos que ya entregó. Interrogantes surgen a raíz de este caso, ¿Revisará cuidadosamente el Ministerio de Educación colombiano los documentos traídos de Venezuela?
Lo cierto es que este proceso automatizado, registra título por título, lo que indica que Doris Hernández tendrá que realizar el proceso tres veces, sometiéndose alargas esperas y nuevos gastos económicos que hasta la fecha ascienden a los 3 millones de pesos.
Sus esperanzas no se desvanecen: “Todos mis asuntos se los entregó al Señor”
Doris aseguró no sentirse frustrada por tan larga espera, luego de haber estudiado por más de 18 años. Dijo que todos sus asuntos se los entrega a Dios y que de esta situación saldrá victoriosa en su nombre.
Tratando de agotar todos los recursos e instituciones que pueden agilizar y defender su proceso, acudió a la Personería Municipal de Fusagasugá. En el sitio le indicaron que enviara una nueva carta al Ministerio de Educación, acción que realizó de inmediato, sin embargo y como se esperaba, luego de un largo tiempo, la Institución le solicitó otras dos certificaciones que asegura había entregado antes junto al pensum de estudios e incluso le sugirieron consignar el número de horas que invirtió en todos sus estudios profesionales, especificados.
La acción en su defensa por parte de la Personería aún no ha dado resultados, pero Doris Hernández, marcada por la fe, guarda la esperanza y está segura de que su caso tendrá un final positivo.
¿Luchar o pecar?
En medio de todo este proceso, agotante, la profesional de la Educación luchó por su tranquilidad espiritual y emocional.
“Un día me pregunté qué haría en Fusagasugá, siempre sostuve que tendría que desempeñarme en algo que me gustara, mientras se conseguían mis convalidaciones, entonces recordé que lo que más me gusta es estar en contacto con Dios, promover sus enseñanzas y su palabra. Allí emprendí una Librería Cristiana; es donde hoy trabajo y es un oficio que me llena y me carga de muchas experiencias y conocimientos positivos”, remarcó Doris.
Sus aspiraciones
No es menos cierto que esta dama merece que le reconozcan sus estudios, pues se presenta frente a la vida como una mujer preparada, honesta y de buenos principios éticos y morales. Alega que dentro de sus propósitos de vida está el mantenerse en contacto con Dios, educar a las personas en la fe, realizar foros y talleres de autoayuda. Seguir escribiendo libros, ya tiene algunos en su haber, además de ser instrumento en la construcción de una sociedad de justicia y buenas costumbres.
Exhortación
La dama considera que los gobiernos del mundo, no solo el colombiano, deberían respaldar tutelas en favor de los profesionales venezolanos, en reconocimiento de la crisis que atraviesa el país caribeño que ha motivado el desplazamiento de recursos humanos valiosos para el crecimiento de cualquier nación y aprovechar la fuga de talentos que se ha dado en Venezuela.