La inteligencia artificial ha convertido la práctica habitual y antigua de retocar las imágenes en un peligroso juego.
La dificultad de distinguir entre una manipulación inocente para diversión o para mostrar una parodia de la realidad y una imagen que parece absolutamente real, lleva esta práctica al límite de lo admisible.
La moda de la aplicación FaceApp, un programa que puede, entre otras habilidades, envejecer intencionadamente la fotografía de cualquier persona, ha vuelto a poner en entredicho esta práctica, en especial, cuando al descargarla en el móvil se advierte de que los datos pueden ser cedidos a terceros y perder el control de la propia imagen.
No cabe duda de que FaceApp, número uno en las principales tiendas de aplicaciones del mundo, incluyendo la App Store española, y una difusión en redes sociales que alcanza la calificación de viral, está siendo el éxito del momento.
¿En qué consiste exactamente FaceApp y por qué están saltando las primeras alarmas entre los expertos en seguridad?
Esta aplicación emplea un sistema neuronal basado en inteligencia artificial que analizar la fotografía que se sube de forma automática a sus servidores para lograr los efectos ansiados, envejece o rejuvenece, al protagonista de la foto con un realismo sorprendente.
Hasta aquí, nada nuevo que no suceda a diario con centenares de aplicaciones en todo el mundo, pero en el caso de FaceApp coinciden dos realidades que han hecho disparar las alarmas: los servidores se encuentran en Rusia, por un lado, y por otro, la política de privacidad es lo suficientemente vaga como para que uno se lo piense dos veces antes de aceptar sus términos.
El hecho de que la base central esté fuera de la Unión Europea dificulta la aplicación de la legislación comunitaria sobre protección de datos, la más exigente de las existentes en los países desarrollados.
Por otra parte, cuando se aceptan las condiciones de uso de la aplicación, se especifica en la petición de autorización que los datos pueden ser cedidos a terceros, pero no los usos que estas compañías podrían hacer de la información. Además, no suele ser un elemento en el que los usuarios reparen cuando continúan con la instalación.
FaceApp no solo puede alterar la imagen del usuario sino también la de cualquier persona que él suba a la nube. Y su realismo puede afectar a la imagen de esa persona.
Respuesta del creador de la aplicación
Yaroslav Goncharov, creador de FaceApp, confirmó a EL PAÍS que la aplicación desempeña el grueso del trabajo en la nube y que “únicamente se sube la foto seleccionada” para la edición.
Goncharov aseguró que se encuentran “desbordados” ante la demanda por parte de los usuarios de eliminar las fotos subidas a sus servidores, una tarea que, para ellos “es una prioridad”. Contrariamente a lo que establece la propia política de privacidad de la aplicación [en su apartado 3] y que el usuario se ve obligado a aceptar, Goncharov sostiene: “ No vendemos ni compartimos datos con terceros”.
Fuente: El País