Por: Fernando Calderón España
El día sin IVA benefició a quien no debía: a la clase media comerciante que se abalanzó a comprar con toda su batería de empleados/jefes y familiares.
Compraron al por mayor disfrazando el ejercicio como una compra al detal, lo que produjo las aglomeraciones en las puertas de los centros comerciales.
La idea era que la clase trabajadora, la del mínimo o un poquito más, se beneficiara.
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La media aplastó a la baja con el poder de la tarjeta de crédito y la compra con destino a la reventa.
El que compra comida en los estratos bajos no va a Carulla, Jumbo, Olímpica, caracterizados abastos de quién no se alimenta con ACPM: arroz, carne, papa y maduro.