Por: Andrés Felipe Castañeda M.Andrés Felipe Castañeda

Le enfermedad de siglo XXI

No sé si lo hayan visto, porque el afán es de esas cosas que no deja tiempo para nada más en la vida, pero hay una página en Facebook que se llama «La gente anda diciendo», que es un proyecto muy bonito que nació en Argentina y que consiste en citar fragmentos de conversaciones que se escuchan en cualquier parte y en cualquier momento y que, casi siempre, como bien indica la página, están fuera de contexto. Uno lee y se puede imaginar cualquier cosa o a lo mejor no: a lo mejor no cuenta lo que uno se imagine porque lo que cuenta es ese pedacito de conversación que es, cómo no, un pedacito de vida misma.

El cuento viene a cuento por una frase que leí la semana pasada allí: «No, no estoy molesta porque querás algo. Estoy molesta porque no valorás lo que tenés. Por ejemplo, ahora tenés a tu mamá de la mano». La frase la dice una mujer de unos 45 años a su hijo de unos 10 y eso es todo. Lo que uno se imagine está de más: que el niño hacía pataleta por un helado o por un juguete o por un par de zapatos nuevos. Lo que importa, me parece a mí, es la frase: «no valorás lo que tenés». Y más aún: «tenés a tu mamá de la mano». Ahí está todo condensado, uno se puede quebrar la cabeza 10 años en una Universidad, pero si no entiende algo tan elemental como eso, ha perdido el tiempo y todo lo demás. Es que a veces la filosofía (o el conocimiento) aparece así, de la nada, y es porque lo esencial está por ahí suelto en todas partes para ver si de repente uno tiene la capacidad de escucharlo y entenderlo. Poco importa lo que uno pueda querer en la vida si no valora lo que ya tiene. No todo el mundo puede llevar a su mamá de la mano por la calle, por ejemplo. Lo esencial es tan bello que no necesita nada más. Es y punto.

Pero en este mundo convulso y afanado eso no se entiende. El sistema, que todo lo corrompe, nos enseña a vivir amargados por lo que no tenemos y por eso el tránsito hacia lo que buscamos es tan denso. Tenemos relojes para que el tiempo nos detenga y compramos cosas para que esas cosas nos posean para luego andar de nuevo amagados por las cosas que aún no tenemos y así, en un círculo vicioso que no va a ninguna parte. Necesitamos aprender cosas elementales para que el mundo no se derrumbe. Lo esencial está ahí no más, al alcance de todo y, como decía, no necesita nada más para ser; necesitamos aprender a valorar lo que tenemos -caminar por la calle con la mamá, tomar un café a la hora que queramos, mirar el atardecer, escuchar canciones viejas- para poder dejar caminar sin amargura ni tristeza a pesar de las cosas difíciles de sortear. Como lo cantó el filósofo Rodolfo Aicardi en Tabaco y ron, que es de esas canciones que todo el mundo oye pero nadie escucha: «lleva compadre tu cruz/y no se la des a nadie/porque todos ya llevamos una cruz». ¡Hasta la próxima!

@acastanedamunoz