Falta de rumbo y exceso de improvisación en quien lleva el timón.    

En diciembre 2020, al cumplir la actual administración un año en la Alcaldía de Fusagasugá, luego de un grafiti hecho en el colegio La Presentación que generó polémica, le propusimos desde Brasil, «Urbanismo Táctico» a los fusagasugueños como parte de la formación en Desarrollo Urbano y Planeación en la que me forman en el doctorado los brasileros, realizando con mis propias manos un ejemplo de urbanismo táctico en los muros de mi vivienda en Brasil…

Idea que tuvo acogida y respaldo en la ciudadanía fusagasugueña, inmediatamente la Alcaldía asumió la iniciativa – urbanismo táctico – como bandera de mostrar pero lo que hicieron fue gestionar casi 800 millones de pesos, y luego pedir una adicción de casi 200 millones más desde la Secretaría de Movilidad para unas pinturitas simples, pasaron factura por casi mil millones y prostituyeron la idea de urbanismo táctico.

Si no es por la pintura de las casas históricas del centro peor sería la improvisada porque cortos se quedaron en entender el urbanismo táctico en el mundo, que hasta los arquitectos y quienes saben de urbanismo se oponen o critican desde entonces el concepto.

Por lo menos si van a copiar una idea y apropiarse a partir de soberbias vánales e ingratitud y exclusión para con quienes siendo oriundos de Fusagasugá nos formamos para mejorar la Ciudad Jardín y le apoyamos, por lo menos hagan las cosas bien hechas y racionalicen los recursos públicos.

Además, que lo que hay que ejecutar es lo que prometieron en el programa de campaña y que se colgaron en el Plan de Desarrollo y POT debido a la falta de palabra, deslealtad y engaño solapado para volver a la preferencia de cuestionables asesores de antaño detrás del figurín que terminó pagando favores con pinturitas que a los tres meses se borran en el piso o mínima y limitadamente haciendo bellos murales aunque casi que ni reconocen a los artistas como si los pintará el alcalde y excluyendo a otros Maestros de la pintura pordebajeándolos desde Secretaria de Cultura sumada a su casería de brujas detrás de varios maestros.

Hasta la Alcaldía con esa pintura amarillo chillón, a los que somos de fusa nos mal recuerda Casa Amarilla.

Oscar Rodríguez Triviño

Doctorando UNESP-Brasil, Geografía Agraria, Urbana, Maestría en Desarrollo Territorial, Profesor universitario Ciencias Sociales, Poeta.