En acciones aisladas las autoridades lograron la captura de 24 personas y la incautación de 221 kilos de estupefacientes en  Facatativá, La Mesa, Chocontá, Girardot, Soacha y Fusagasugá. En Sibaté descubrieron una nueva modalidad narcotraficante.

Por: Fusagasugá Noticias

En una serie de operativos desplegados por unidades del CTI de la Fiscalía General de la Nación, El Gaula del Ejército Nacional, y la Policía Nacional a través de la Sección de Inteligencia e Investigación Criminal de Cundinamarca, lograron esta semana golpes certeros a las organizaciones traficantes de estupefacientes en esta sección del país.

La Policía con un despliegue operativo y sistemático de actividades de registro, control y verificación de información, logró recuperar mas de 25 zonas en municipios como Soacha, Chocontá, Facatativá, Fusagasugá, La Mesa, y Girardot, así como la captura del 20 personas dedicadas al expendio y tráfico de estupefacientes.

En los operativos se incautaron de 4 armas de fuego, 180 kilos de estupefacientes en vías del departamento y lugares de expendio de alucinógenos, se impusieron más de 1200 comparendos por consumo de sustancias prohibidas en lugares abiertos al público e incluso el desmantelamiento de cultivos de marihuana en jardines y viveros.

Por su parte en Sibaté, el Gaula Militar en asocio con la Fiscalía ubicaron y destruyeron un complejo para la producción de cocaína, y descubrieron una nueva modalidad del narcotráfico: diseñar laboratorios itinerantes y arrendarlos a pequeñas organizaciones criminales por cortos periodos.

La ciudadanía alertó sobre un inusual movimiento de personas y de vehículos de carga en zona rural del municipio de Sibaté.

Por lo menos tres veces por semana personas extrañas a la región movían mercancía y caminaban hacia un área boscosa.

Investigadores de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico de la Fiscalía y personal del Gaula Militar de la Décima Tercera Brigada del Ejército Nacional, lanzaron una operación para verificar la información recibida. Los funcionarios caminaron hacia el punto indicado, ubicado a 45 minutos de Bogotá, y detectaron lo que sería un complejo para la producción de cocaína.

Los funcionarios vigilaron durante varios minutos el lugar y luego de tener claridad sobre la cantidad de personas que lo ocupaban, decidieron ingresar. Tras un corto intercambio de disparos, la zona fue asegurada. Cuatro hombres fueron capturados y toda la infraestructura dispuesta para la elaboración del estupefaciente fue inspeccionada.

El complejo narcotraficante estaba compuesto por cuatro estructuras rústicas de madera y plástico. En una eran almacenados los insumos líquidos y sólidos, en otra se hacía el proceso secado de la cocaína, un más servía de cuarto de máquinas y en el espacio más pequeño había una cocina.

En el procedimiento fueron incautados 41 kilogramos de base de coca, dos armas de fuego, cartuchos y proveedores de diferente calibre, dos radios de comunicación, 500 galones de combustibles; además de marcianos, prensa hidráulica, hornos, plantas eléctricas y otros elementos utilizados para la elaboración del narcótico.

Muy cerca del laboratorio fue encontrada una carpa artesanal acondicionada para hospedar cerca de 15 personas, que correspondería al número de trabajadores contratados para el procesamiento ilegal.

El complejo narcotraficante fue destruido y los cuatro detenidos fueron presentados en audiencias de control de garantías. La Fiscalía les imputó cargos por concierto para delinquir, tráfico de sustancias para el procesamiento de narcóticos y fabricación, tráfico y porte de estupefacientes. El juez 60 penal municipal de Bogotá impuso medida de aseguramiento en centro carcelario.

Nueva modalidad narcotraficante

El hallazgo de este laboratorio de producción de cocaína cerca de Bogotá, puso en evidencia una nueva modalidad utilizada por los narcotraficantes.
Al parecer, levantan laboratorios itinerantes a pocos kilómetros de las ciudades, los acondicionan con las maquinas necesarias para el procesamiento, y los alquilan a pequeñas organizaciones criminales que se encargan de la contratación del personal, la obtención de los insumos, la producción y transporte del alcaloide, y la búsqueda de los contactos en el exterior para poner el estupefaciente.

El complejo ubicado y destruido, habría sido arrendado hace apenas un mes. La organización que lo tomó procesaba máximo tres días por semana. La base de coca habría ingresado del sur del país y tenía la capacidad de producir 150 kilogramos de clorhidrato de cocaína diarios.

Las evidencias físicas recaudadas indicarían que el estupefaciente iba a ser agrupado en un municipio aledaño a Sibaté, camuflado en tractocamiones, trasladado a un puerto en Pacífico colombiano, y sería embarcado entre frutas rumbo a Centroamérica.

Las investigaciones están dirigidas a identificar a la estructura responsable de la producción y a los dueños del complejo que lo pusieron en arriendo.
Daño ambiental.

En la zona donde fue localizado el laboratorio, los investigadores identificaron un ecosistema húmedo y dos quebradas que cruzaban entre las construcciones rústicas dispuestas para el procesamiento de la droga. En el lugar fueron tomadas muestras del agua luego de verificar el vertimiento de insumos, gasolina y otros productos tóxicos.

Peritos se encargarán de establecer el nivel de contaminación de los afluentes y de la capa vegetal afectada por el funcionamiento del complejo narcotraficante.