Este martes, en la sesión de control político que el Concejo Municipal de Fusagasugá realizó a la Secretaría de Gobierno, Seguridad y Convivencia Ciudadana, se dejó saber que en la ciudad, los índices de violencia intrafamiliar, son alarmantes y «muy altos».

Aunque las autoridades encargadas de esta corporación no detallaron en cifras, es una tema de estricto control y seguimiento, más cuando es de conocimiento público que en el municipio, es débil el pie de fuerza policial, tal y  como lo manifestó el Secretario de Gobierno, Juan Sebastián García Fayad, durante su intervención.

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La situación recrudece y se torna aun más preocupante, pues según en informe de la Fiscalía de la República, se detalló que los casos de violencia en el hogar, son la primera causa de asesinatos en Colombia, llegando a ocupar el 67.8% de los reportes de muerte en la nación, incluso mucho mayor que las incidencias por sucesos de calle, donde el porcentaje es de 64.2%.

Tales indicadores debe colocar en preaviso a las autoridades, no solo de Fusagasugá, sino de todo el país, pues los crímenes directo contra la vida, están ocurriendo en el interior de muchas viviendas,  a expensas de la necesidad del fortalecimiento de componentes policiales y de protección a la familia,  perpetuándose además por las debilidades en los programas de atención social y el miedo a la denuncia.

Como ejemplo de lo que puede desencadenar situaciones hostiles dentro de los hogares, puede colocarse lo ocurrido en la ciudad de Bogotá, recientemente, donde una mujer asesinó a puñaladas a sus dos hijos y compañero sentimental, hecho que presuntamente iniciaría por problemas de convivencia, que luego se transformaron en daños psicológicos, físicos y que en definitiva terminaron en un triple homicidio.

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¿Cómo puede configurarse la violencia intrafamiliar?

El artículo 229 del Código Penal sanciona a quien maltrate física o sicológicamente a otro integrante de su núcleo familiar, por medio del delito de violencia intrafamiliar.

Las lesiones, de acuerdo con la norma, pueden estar configuradas, en daño físico, cuando se ejerce sobre la humanidad, dejando evidencias materiales del daño. Del mismo modo se consideran y se ejerce valoración, sobre el perjuicio a nivel psicológico, que aunque no son visibles a primera impresión, la afectación reviste de sanción judicial sobre quien ejerza sobre su víctima este tipo de violaciones.

Tanto las agresiones físicas como psicológicas son delitos continuados. Generalmente la violencia en el hogar es la consecuencia de otra serie de abusos a los derechos fundamentales de cada individuo. Por lo tanto, las autoridades deben evaluar cada situación de forma particular.

Redacción: Fusagasugá Noticias