Diana Carolina Gutiérrez es una mujer colombiana cuya historia de vida sirve de motivación y reflexión, para todas aquellas personas que, teniendo o no un impedimento físico, se limitan al desarrollo de sus actividades.
Para esta dama, el haber nacido sin sus dos brazos, no fue limitante para crecer a nivel personal y profesional, pues a sus 33 años de edad, entendió que las barreras no existen para el ser humano, siempre que haya fortaleza, empeño, dedicación y aceptación.
Diana Carolina asegura que en principio fue muy duro enfrentarse a su realidad, siendo víctima de acoso en el colegio, incluso de bromas por parte de sus compañeros de estudios, que lograban afectarla.
«Un día me escondieron un zapato, evidentemente yo realizó todas mis actividades, dentro de ellas, la escritura con los pies. Hallé el calzado sobre un armario del salón y nadie quería colaborarme. Tome una regla y la sujeté a mi boca y pude tomar mi zapato; en ese instante todos se sorprendieron y les dije que las limitaciones físicas tenían solución siempre y cuando se contara con las herramientas, pero que ellos tenían que trabajar fuerte para deshacerse de sus limitaciones intelectuales», narró.
Desde ese momento asegura que comenzó en ella una nueva persona. A pesar de que su madre siempre estuvo apoyándola; en su juventud entendió que » esta es mi cruz y debo cargarla», agregó.
Actualmente Diana Carolina Gutiérrez combina sus estudios de abogada y conferencista de crecimiento personal, con sus clases de natación y música.
Para ella el no tener sus brazos, no es impedimento para atender a su hijo, cocinar, llevarlo a la escuela, manejar su computadora y teléfono; realiza todas sus actividades de manera coherente, pues en su entorno la frase «no puedo», es inaceptable.
Redacción: Luis Enrique Hurtado