Sugiere el hacendista público en sus «reflexiones de coyuntura económica y electoral colombiana».

El docente universitario señala en su columna de esta semana hablando de la deuda pública y el riesgo país, que «Ha sido muy común observar en estos días de inicio de 2022, océanos de publicidad televisiva, sobre los grandes resultados del Estado Colombiano en 2021. Sin embargo, es prudente reflexionar que, mucha de la producción de estos resultados presentan un panorama parcial y no integral que, no permite visualizar la verdadera dimensión de dificultades que, tendrá que administrar cualquiera que llegue a reemplazar al actual Presidente de la República, a partir del 7 de agosto del 2022».

Añadiendo además, «Ahora bien, en esta ocasión, solo me referiré al alto riesgo país que, ya comienza a afectar los costos del financiamiento en Colombia, por razones como las que, tenemos déficit gemelos; representados en un déficit fiscal del 7.6% del PIB que es uno de los más altos de los últimos años y una deuda pública que cerró en 2021, en niveles cercanos al 65% del PIB. Igualmente, contamos con un Déficit de cuenta comercial del 6.4% del PIB considerado como el más alto de Latinoamérica; una devaluación del 16% e inflación del 5.6% que, básicamente terminan por absorber el escaso crecimiento real de la economía que, fue del 2.2% en 2021. Asimismo, por la pérdida del grado de inversión y por la incertidumbre que viven los agentes económicos, por el largo semestre electoral colombiano; y por la ansiedad que genera en los agentes económicos, saber la tendencia e ideología político- económica que, tendría el próximo Presidente de la República de Colombia».

Complementa argumentando, «Todo lo anterior, unido al alto riesgo que la variante Ómicron del Covid-19 viene produciendo en materia de contagios a nivel local y global; tienen al alza el riesgo país y con ello viene aumentando el costo de la financiación de lo público en Colombia; como bien lo demuestra la colocación de bonos TES a 20 años al 9.19% anual; siendo esta última tasa 3 puntos superior, a la de un año atrás».

Y finaliza, «Así las cosas; el camino se torna largo y retrechero y se necesitan verdaderos estadistas para dirigir los destinos del país en el período 2022-2026. ¡Amanecerá y veremos; porque, se necesitará el discernimiento de un estadista que camine por senderos de verdad y no de Cuasiverdad; y de unos electores que elijan apropiada y sabiamente!».

Adenda: El doctor Rodrigo Borja en su obra ‘Enciclopedia de la Política’ dice que el estadista “es el hombre de Estado, gobernante serio y eficaz, que domina las ciencias políticas y además el arte de conducir a los pueblos. Es el teórico y práctico del poder. No todo político es o puede ser estadista”. A continuación del concepto enunciado, el doctor Borja menciona aquello que Abraham Lincoln dijo alguna vez al hacer una comparación entre el político y el estadista: “…el político se preocupa de las próximas elecciones mientras que el estadista se preocupa de las próximas generaciones”.