El Banco Interamericano de Desarrollo señaló a la polarización de los países como uno de los factores que no les permiten avanzar al ritmo deseado.

Por: Dinero

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)algunos países latinoamericanos tienen que preocuparse por un problema adicional a la pobreza, la inseguridad alimentaria, los delitos y la división política: la polarización de sus habitantes.

Durante el 2018 toda América Latina se enfrenta a varios procesos electorales: Costa Rica, Colombia, Paraguay, México, Brasil y Venezuela tendrán elecciones presidenciales.

Por su parte El Salvador, Perú, México, Brasil, Paraguay y Costa Rica convocarán a sus ciudadanos a las urnas para elegir congresistas, alcaldes y gobernadores.

El calendario electoral en estos países genera a su alrededor debates, publicidad y todo tipo de noticias que buscan “convencer” a los electores de cuál es la mejor elección para el momento de las votaciones y que, en muchos casos, generan también polarización.

Recomendado: Elecciones políticas ponen en riesgo economía colombiana según Moody’s

Además, de acuerdo con el BID, los países de América Latina y el Caribe tienen a ser más polarizados. El multilateral explica que el último World Values Survey demostró que entre 2010 y 2014, los votantes de la región demostraron una polarización de 52,5% -siendo 100% la máxima polarización- mientras que en 13 economías avanzadas que evaluó la misma metodología, dicho registro llegó apenas a 44,5%.

Según el mismo estudio, los menos polarizados de América Latina en dicho periodo fueron Chile y Argentina, mientras que los más polarizados fueron Brasily México.

El Banco Interamericano explica que los levantamientos violentos que vivieron los países de la región y las dictaduras tanto de derecha como de izquierda, entre 1950 y 1980, generaron “traumas” en los países que provocaron retrasos en la meta de alcanzar consensos sobre los fundamentales de cada país.

“Resulta difícil acabar con el extremismo y la polarización política, puesto que se alimentan de sí mismas, nutridas por sentimientos de miedo, vulnerabilidad y pérdida de control”, explica el multilateral.

Puede interesarle: FMI propone combatir la corrupción eliminando normas innecesarias

A esto deben sumarse los problemas que aún se viven en muchos de estos países como la inseguridad alimentaria, los conflictos internos o los altos índices de pobreza, desigualdad y delincuencia, que añaden polarización entre los ciudadanos y “generan vulnerabilidades que empujan a las personas a extremos opuestos del espectro político”.

En ese sentido, el BID advierte que “si bien la inestabilidad puede alimentar la polarización de los votantes, también puede ser un producto de la polarización de los votantes, en un ciclo de retroalimentación vicioso”.

La razón es que una sociedad dividida tiene más problemas para alcanzar objetivos comunes de progreso y aunque sus gobernantes se esfuerzan en generar consensos y políticas de largo plazo, estas no siempre se mantienen por los cambios de gobernantes que no pertenecen a su misma filiación política.

Así, “tienen dificultades para establecer y mantener marcos regulatorios que inspiren confianza a los inversionistas y las empresas y creen las condiciones para promover el crecimiento”, agrega el multilateral.

Sin embargo, el BID destaca que los modelos políticos multipartidistas de varios países de la región, que se basan en una representación proporcional, pueden garantizar mayor flexibilidad, pues obligan a los gobernantes a ceder para formar y sostener una coalición de gobierno y así llegar a acuerdos y colaboración en todo el espectro político.