La enseñanza de este idioma se pospone para el momento de escolarización, desaprovechando muchas de las capacidades que tienen a edades tempranas.

Por: Ingrid Guzmán

No es un secreto que quienes dominan el inglés tienen más oportunidades en el mundo global. Tanto a nivel personal como en el ámbito profesional, las puertas se abren más fácilmente para quienes logran comunicarse en varios idiomas, especialmente en inglés, que es la lengua de comunicación internacional.

Cada vez son más los padres y madres que buscan alternativas en colegios bilingües o en academias privadas para ofrecer a sus hijos la posibilidad de aprender inglés. Sin embargo, la enseñanza de este idioma se pospone para el momento de escolarización (después de los 6 o 7 años), desaprovechando muchas de las capacidades (lingüísticas y neurocognitivas) que tienen los niños a edades tempranas.

Le hemos preguntado a Marieta Viedman, psicopedagoga, por cinco ventajas de aprender inglés en edad temprana. Esto fue lo que nos contó:

1 Capacidad neurocognitiva. En edades tempranas, los niños cuentan con un potencial neurocognitivo ideal para el aprendizaje de una segunda lengua. Se encuentran en una etapa preoperacional en la que están experimentando para descubrir el mundo que les rodea y en la que además están desarrollando el lenguaje. Es precisamente por esto que durante los primeros años de vida el aprendizaje de una segunda lengua es mucho más efectivo y dinámico.

2 Apertura a nuevas experiencias. Sabemos que a esas edades el juego es su mejor herramienta para experimentar, descubrir y aprender. Si aplicamos una metodología especial, que respete los ritmos y formas de aprendizaje de cada niño, podemos convertir la experiencia de enseñanza de un idioma extranjero en algo motivador y entretenido. En nuestro trabajo hemos comprobado que a edades tempranas el niño está mucho más abierto a aprender y si es jugando mucho más.

3 Flexibilidad mental. Los niños pequeños tienen mayor flexibilidad mental para asumir retos y adquirir nuevos conocimientos. El aprendizaje de inglés en la primera infancia permite desarrollar mayores habilidades en la resolución de problemas prácticos y tener mejores niveles de concentración. La capacidad neuronal es mayor y por tanto tienen más aptitud para realizar distintas tareas, en escenarios tecnológicos y físicos, con efectividad.

4 Niños más seguros de sí mismos. Si hay algo que bloquea a los adultos y a los niños ya escolarizados a la hora de aprender inglés es el miedo a equivocarnos y la vergüenza. Por suerte los niños más pequeños con su espontaneidad y desparpajo se saltan estas barreras. El no tener miedo al “no pronuncio bien” por ejemplo, hace que el proceso de aprendizaje del inglés sea mucho más fluido y auténtico, desarrollando también mucha seguridad en ellos mismos y en sus capacidades.

5 Curiosidad y consciencia global. La curiosidad de los pequeños es infinita. El por qué es una de las preguntas más repetidas por los niños desde que empiezan a hablar. Esta curiosidad ayuda a que el niño no sólo se interese por aprender un idioma extranjero, sino también por la cultura, los lugares y las personas de otros lugares. El dominio de una nueva lengua desde edades muy tempranas permite que los niños tengan una comprensión más global del mundo, de la sociedad y mayor nivel cultural.