Por: Fernando Calderón España
No hay caos. No hay violencia.
Si se acepta el caos, la sociedad victimizada acepta el extremismo oficial.
Cincuenta vándalos no deberían asustar a la institucionalidad. No ayuda asustar a la gente. Ayuda la autoridad con raciocinio.
Si cada vez que sale un hampón a atacar públicamente a la
sociedad hay que sacar al Ejército, o guardar a toda la ciudad, algo falla en el liderazgo de la autoridad.
Tampoco, la autoridad puede mandar a sus casas a la gente como sugerencia. Para eso hay medidas como el toque de queda si fueren necesarias.
Y es aceptar que no se pueden controlar 50, 100, 400 vándalos.
Tenemos autoridades sin experiencia en la nación y en la ciudad.
Una lección para los electores.