En 7 de las 15 provincias se invirtió más en transporte, mientras que la inversión en servicios públicos y ambiente estuvo a la baja.
Mientras la escasez de agua se agudiza en el país, los municipios del departamento están invirtiendo cada vez menos en proteger este recurso vital. Así lo revela el último informe de la Contraloría de Cundinamarca, que pinta un panorama desalentador sobre la situación ambiental del departamento.
Después de que este ente de control practicara sus procesos de auditoría, en los que se examina la gestión fiscal ambiental, reflejada en las acciones de los sujetos de control para proteger el patrimonio ambiental en sus territorios, evidencia que el sector ambiental sigue siendo uno de los menos valorados en términos de inversión. El informe también analiza la calidad y cobertura de agua potable y alcantarillado en los municipios, y se pronuncia sobre el cumplimiento de la sentencia del río Bogotá, en el marco de la atención de las obligaciones derivadas de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU.
Cifras alarmantes:
• Inversión a la baja: En el año 2022 la inversión en servicios públicos fue de 3. 6 %, en 2023 fue del 3. 27 %. En ambiente, la inversión en 2022 fue del 1.47 % y en el 2023 fue de 2.06 %, cuando debería ser de mínimo del 3 %. Este aumento sigue siendo poco representativo, justo en momentos en los que se vive incertidumbre por las evidentes afectaciones relacionadas con los riesgos asociados a la variabilidad climática en el país.
Llaman la atención casos como el de la provincia de Almeidas, en donde se encuentra el municipio en el que nace el río Bogotá, cuya inversión bajó para el 2023. Lo mismo se registró en Alto Magdalena, Medina, Sabana Occidente y Tequendama.
• Cobertura deficiente: En cobertura de agua potable el promedio departamental es del 59.78 % y los municipios con peor calidad de agua en zonas rurales son Bituima, Gachancipá, Lenguazaque, Nocaima, Silvania, Yacopí y Zipacón. Una problemática que aumenta el riesgo de enfermedades y pone en evidencia la fragilidad de la oferta hídrica de esas poblaciones.
Pero los urbanos no se quedan atrás. La peor calidad de agua en sectores urbanos se encuentra en Anapoima, Anolaima, Apulo, Machetá, Medina, Nariño, Venecia, y repiten Lenguazaque y Yacopí.
• Alcantarillado insuficiente: La provincia con más cobertura es Sabana Occidente y con menos cobertura es Rionegro. En este punto se evalúan los esfuerzos que hacen los municipios por optimizar el tratamiento de vertimientos para mejorar los cuerpos de agua. Los municipios más críticos son: Sopó, Granada, Chía, Cogua, Facatativá, La Mesa y Zipaquirá.
¿Qué ha pasado con la sentencia del Río Bogotá?
La sentencia del río Bogotá es una decisión del Consejo de Estado de Colombia que busca la recuperación y descontaminación del río Bogotá. Fue emitida en el 2014, estableció medidas para proteger la cuenca hidrográfica del río y ordenó acciones para mejorar el ambiente y la sociedad de la cuenca. Es por eso que esta Contraloría evaluó la gestión de 45 municipios y 23 empresas de servicios públicos que forman parte de las cuentas alta, media y baja del río. La inversión total superó los 205 mil millones de pesos y ha sido asumida, principalmente, por los municipios de la cuenca alta. Sin embargo, aunque parece una inversión significativa, hay varios municipios que han cumplido a medias algunas órdenes y otros que siguen sin mostrar acciones verificables.
Llama la atención, por ejemplo, que la orden 4.57 (que hace referencia a la optimización del proceso de tratamiento de aguas residuales) haya sido atendida solo por 7 de 18 municipios que debían hacerlo. Dentro de estos, municipios como Cajicá, Chía, Tausa, Zipaquirá, La Calera, Nemocón, Tocancipá y el mismo Villapinzón. Un resultado desfavorable en una acción que es clave para el saneamiento ambiental, pues se trata de interceptar los vertimientos directos que contaminan los cuerpos de agua. En casos como estos, no solo se evalúa la capacidad financiera de los municipios, sino el compromiso con el cumplimiento de la normativa y el interés de mejorar las condiciones del medio ambiente en el departamento.
En diciembre, la Contraloría de Cundinamarca hará pública una radiografía detallada de la situación ambiental de cada municipio frente a cada una de las órdenes. Invitamos a los alcaldes y a sus equipos a redoblar esfuerzos, a tomar decisiones valientes y a priorizar la sostenibilidad del departamento.
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