Una pareja de cristianos, politólogo y periodista, lo quieren ayudar con ese interrogante.
Por: Andrés Felipe Díaz y Natalia Arias
Llevamos más de un año analizando el panorama político de Colombia, trabajando por concientizar a los colombianos sobre nuestra responsabilidad civil y el cómo debemos participar y votar en las elecciones de 2018. Buscamos en todas las ciencias creadas por el hombre y siempre encontramos algunas pautas pero la respuesta nunca fue suficiente.
En medio de la búsqueda, hallamos una sabía expresión que usó Claudio Martínez en su obra El Testamento Gaucho, que dice respecto de las elecciones, “cuando le toque votar, tenga presente; cuando le toque votar, entienda bien que en ese papel que usted marca deja lo más sagrado, lo más sublime que el ser humano tiene: su honor, su libertad y su conciencia”.
Después, consultamos el enfoque organizacional de la psicología, teniendo en cuenta que escoger un candidato también es seleccionar a una persona para desempeñar un cargo y encontramos que bajo esta área se podría evaluar a los candidatos a los distintos cargos públicos como si fuera una entrevista de trabajo, en la que se midieran sus competencias, su adaptabilidad, su criterio, entre otras características.
Sin embargo, ninguna de estas respuestas nos llenaba, porque creemos en algo que va más allá de lo tangible, de los hechos, de lo palpable, y es Dios.
Y es ahí en donde comprendimos que todas esas luchas que ha tenido cada cristiano en el Congreso de la República, esos proyectos que se cayeron y a su vez todos los señalamientos y prejuicios sobre la opinión de los cristianos en política; tienen un precio muy alto para los que deciden seguir a Cristo, pero también tienen un propósito y es el llamado que Dios ha puesto en el corazón de cada uno.
Es por eso que hoy podemos decir que no hemos hecho las cosas bien, porque no los podemos medir ni comparar con los candidatos del mundo, porque si creemos en Dios al mismo tiempo debemos creer en el llamado de ellos, de cada uno, independiente del partido, todos tienen la misma misión y es traer el reino de Dios a la Nación.
Para muchos si lo llegamos a publicar es una locura, pero para otros no. Sin embargo, aprendimos que la elección de por quién vamos a votar no es un acto que necesita pruebas, es un acto de fe en Dios y en quienes lo representan.
Pero a su vez los candidatos o líderes que están proclamando y hablando de su llamado tienen que tener cuidado, porque Dios no utiliza los juegos del mundo para lograr sus objetivos y es por eso que en la Biblia hay muchas advertencias para aquellos que gobiernen mal utilizando su nombre, porque pueden terminar desviando a esta Nación del camino trazado en el plan del Padre.
“El rey con la justicia afianza la tierra, pero el hombre que acepta soborno la destruye”, Proverbios 29:4 NTV.
Por eso creemos que como cristianos debemos dar un salto de fe y creer en alguno de los abanderados que ha puesto Dios en nuestro camino en respuesta a nuestras oraciones, pero sin perder la objetividad para que el 11 de marzo tomemos la mejor elección. Pues la gente temerosa de Dios no debe dejar de participar en la política pensando “eso no es de Dios”, como se creía anteriormente. Sino que puede cumplir su obligación con el país sin sacrificar sus principios o comprometer su conciencia.
Es un salto de fe, pero con el direccionamiento de Dios vamos a encontrar cuál de los que tienen el llamado es el más indicado.
*Este artículo está escrito por cristianos y está dirigido a personas de fe. No pretende ofender la ideología o manera de pensar de personas con otro criterio.