Esperando por las benevolencias de nuestros gobernantes, con mano estirada como tiempos de upa, sin formación política, sin estudio dedicado de lo que pasa en nuestra ciudad y en el mundo, sin la comprensión del ahora, sin posición propia ni carácter, no podremos ser muy optimistas de nuestro mañana.
Tampoco la apatía a las decisiones de los políticos que nos gobiernan es la solución, porque cuando permitimos esto muchas de las decisiones administrativas aplicadas sencillamente benefician a los aliados y próximos del gobierno de turno y no a la población en general.
Por fortuna, un número creciente de liderazgos sociales y populares se percibe renacer, renuevo de liderazgos políticos con algunas jóvenes aunque pocas esperanzas, lideres presidenciales posicionando la ética, trabajadores más innovadores, en fin, este es nuestro acumulado en la balanza para el 2018, con elecciones nacionales a la presidencia y congreso y al mismo tiempo, el avance de las FARC o no en el escenario político, entre otros, la ciudad como Colombia toda continuara estremeciéndose, algunos con formación y otros en la desinformación.
Esto debido a la tragedia que afrontamos de destrucción y crisis social y cultural, ciudad sin teatros ni museos, crisis de zonas verdes, espacios públicos y antejardines, la cultura presa de su propia casa, es necesario ampliar la conciencia contra los permanentes atrasos que evidencia la ciudad y que por su puesto se ven reflejados en los salarios de la mayoría de los fusagasugueños, sin mayores garantías.
Mientras algunos hablan de cifras exorbitantes de aquellas que siempre se dicen pero nunca se ven, por aquello de yo les prometo, en tanto la ciudad en temas de inseguridad y desempleo se declara en quiebra y como siempre pasa, son los fusagasugueños más humildes los que siempre pagan por las deficientes administraciones.
Y por la velocidad del tren, todo indica que algunos terminaran su periodo sin muchos problemas y sin muchas glorias, una vez que queda visible como se están acomodando las alianzas políticas pragmáticas buscando garantizar que todo siga su curso.
Afortunadamente insistimos, queda una posibilidad, que es la construcción de algo nuevo. Sin embargo, esto nos exige mucho trabajo a largo plazo y dedicación, como varios procesos sociales y comunidades empoderadas ya lo están iniciando, es en síntesis la organización necesaria del pueblo, de los trabajadores, de los estudiantes, de las mujeres, de los olvidados, etc.
Y no para pedir con manos estiradas por unos cuantos votos, es ahí donde se engendra la corrupción, lo que nos ha llevado elección tras elección a procesos electorales comprobadamente viciados e incapaces de garantizar soluciones concretas a los sectores populares.
Lo motivante es que ante la perplejidad que se percibe delante de ese espectáculo sombrío de nuestra ciudad la situación no es paralizante. Ella está sirviendo de catalizador para la organización y participación social y popular, mas, tenemos que avanzar, como seres humanos se camina es hacia el frente, pocas veces caminamos para atrás, aunque como sociedad no podamos decir lo mismo…
Entre solidaridades y trabajo colectivo, estamos ampliando el margen de incidencia, la esperanza no es quedarnos de brazos esperando que las cosas nos lleguen, nos anticipamos al encuentro del mañana…Vamos caminando, vamos aprendiendo.
Oscar Rodríguez Triviño “poeta” Escritor literario
Maestría en Desarrollo Territorial para América Latina y el Caribe UNESP BRASIL
Profesor tiempo completo Universidad de Cundinamarca Facultad de Educación
Investigador procesos sociales regionales y territoriales SUMAPAZ – América Latina