Las personas que votaron por usted creyeron en un cambio que usted les prometió.

Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino

alfonso519@gmail.com

Diariamente somos espectadores del aumento desproporcionado que ha tenido el sector informal en la economía de Colombia en las diferentes ciudades capitales y municipios del país. La desesperante situación económica en que se debaten cerca de 13 millones de colombianos al no tener un ingreso permanente para atender las necesidades insatisfechas los ha obligado a buscar a través de algunos emprendimientos a montar un negocio por cuenta propia. Así los indicadores que promulga el Dane mensualmente sobre la tasa de desempleo, se ha notado una disminución de este indicador. Soy respetuoso de la metodología utilizada por esta entidad que es la encargada de llevar las estadísticas, pero que en la realidad se nota mayores ventas ambulantes en las calles. No queremos generar con mis juicios de valor una oposición al presidente Gustavo Petro Urrego sobre esta realidad social y económica que viven las familias colombianas.

Pero lo que, si deseo expresarle con el debido respeto que se merece, es que los instrumentos de la política económica del país han sido incoherentes desde que asumió el poder. Ha continuado con el mismo estilo alcabalero de sus antecesores. Las personas que votaron por usted creyeron en un cambio que usted les prometió. Pero seguir manteniendo las altas Tasas de Interés, estructurando reformas tributarias, así sea con el concurso y apoyo del Legislativo, seguir con la obstinada idea de aumentar mensualmente los precios de la gasolina, sacar Decretos para establecer tributos (sobretasa en los recibos de la luz), camuflar algunos impuestos en el Plan Nacional de Desarrollo, en otras palabras, están contribuyendo a estrangular los exiguos ingresos de las familias colombianas; están provocando una disminución del consumo de bienes y servicios (representan el 62% de PIB), lo cual están disminuyendo las ventas en el sector comercio y servicios. Lo anterior, están generando una disminución de los empleos, porque los propietarios deben prescindir de sus servicios porque ya no venden como ocurría en anteriores vigencias.

Es el peor error histórico que un gobernante utilice estas herramientas económicas. Solo contribuyen a esquilmarle los bolsillos a los colombianos. Nunca hablan de austeridad. Se jactan en conjunción con el legislativo de ampliar la fronda burocrática del Estado y aumentarse de manera irracional, sus salarios, demostrar opulencia con sus gastos burocráticos, enarbolando su mediocridad y su sentido inhumano, mientras un pueblo cada vez más pobre, sufriendo las afugias para satisfacer sus demandas internas, ve como sus gobernantes por los cuales votaron y contribuyeron a elegirlos, se ufanan y se burlen de los padecimientos de estas familias que día a día ven lejos un horizonte para mejorar su calidad de vida y la de brindarle un mejor futuro a sus hijos. Así no debe ser el actuar gubernamental.

Estas personas despedidas al ver que las organizaciones públicas y privadas no los vuelven a emplear, se ven obligadas a engrosar al mercado laboral informal. Por este motivo, se observa en los balances que presentan los gremios de la producción y los centros académicos del país, que todas las actividades económicas han tenido una significativa reducción en sus ventas, en los últimos doce meses. Son datos reales. Pero estàn en contradicción con la disminución leve de los indicadores del sector informal publicado por el Dane en la semana anterior.