El Mandatario se pronunció asegurando que trabajará para ir detrás de quienes dispararon contra la aeronave.

El helicóptero en el que viajaba el Presidente junto al ministro de Defensa, Diego Molano, el ministro del Interior, Daniel Palacios, y el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano habría sido impactado seis veces.

En un video el Presidente explicó que fue gracias a las capacidades técnicas del helicóptero que el ataque no pasó a mayores. El helicóptero era un Black Hawk, que según la información entregada por el Ministerio de Defensa, es un helicóptero VIP con capacidad de transportar hasta a 12 personas, con aire acondicionado, pantallas LED multifunción, paneles laterales, tapizado y sistemas de comunicación y autoprotección de uso exclusivo de la casa presidencial.

Éste sábado, la Policía Nacional reveló las primeras imágenes de dos fusiles con los que habrían atacado la aeronave.

La Policía detalló que una de las armas es un fusil tipo FAL «con marcas de las Fuerzas Armadas de Venezuela«. Las autoridades ofrecen una recompensa de unos 800.000 dólares por información sobre el ataque.

Mientras tanto, se escucharon reacciones condenando el ataque, entre esas las del expresidente Álvaro Uribe, hasta una dura crítica suya, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López; el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco; los precandidatos presidenciales Gustavo Petro; Sergio Fajardo y Ángela María Robledo, entre otros.

Solo hubo un matiz desde el partido Comunes, que agrupa a excombatientes de las Farc: mientras Rodrigo Londoño, «Timochemko», jefe de esa colectividad, se unió a la condena del atentado, Julián Gallo, conocido como «Carlos Antonio Lozada», habló de un «supuesto atentado (…) sospechoso ad portas de una campaña electoral y en medio de crisis de gobernabilidad».

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