La anfitriona Brasil levanta este viernes el telón de la 46ª edición de la Copa América frente a Bolivia y con el desafío de demostrar que es igual de favorita al título con o sin Neymar, desconvocado por lesión.
La Canarinha buscará el noveno título que le acredite como la mejor selección de América ante su afición, escéptica con el potencial de su selección tras el varapalo que supuso la eliminación en cuartos de final en el Mundial de Rusia 2018.
La historia, sin embargo, está de su lado. Esta será la quinta vez en su historia que Brasil albergará la Copa América (1919, 1922, 1949 y 1989) y el balance no puede ser más ilusionante: siempre que fue anfitrión, se proclamó campeón.
Brasil, que no gana la competición desde 2007, tiene a priori un grupo accesible, el A, con Venezuela y Perú, además de su rival de este viernes, Bolivia.
La preparación no fue un camino de rosas, especialmente desde que Neymar se incorporó a finales de mayo. A partir de ahí se empezó hablar más de polémicas, líos y escándalos que de fútbol.
El delantero del París Saint-Germain fue despojado del brazalete de capitán, ahora en posesión de Daniel Alves, por agredir a un aficionado en Francia; después una mujer le denunció por una supuesta violación; y finalmente acabó lesionado en los ligamentos del tobillo derecho en el primer amistoso preparatorio contra Catar.
Sustituido en la lista por Willian, ahora queda la duda de cuánto afectará al desempeño del cuadro verde-amarillo la baja de su principal estrella y uno de los mayores goleadores de su historia. El joven extremo David Neres ya presentó sus credenciales para ocupar su lugar y apunta a titular el viernes.
Las consecuencias de la baja de Neymar, hasta el momento, parecen ser mínimas tras sendas victorias en los amistosos previos ante Catar (2-0) y Honduras (7-0).
Todos los focos se centran ahora en el estado de salud de Arthur, quien sufrió un fuerte golpe en la rodilla ante los hondureños y estuvo dos días sin entrenar.
Nunca se supo muy bien el alcance de su lesión e incluso se llevó a evaluar su baja definitiva para la Copa América, pero parece ser que se quedará en la concentración, aunque muy posiblemente no juegue en el debut. Allan o Fernandinho se perfilan como sustitutos.
Por su parte, Bolivia, campeona únicamente en la edición de 1963, afronta el duelo como si fuera David contra Goliat.
Diez veces se ha medido con Brasil en la Copa América con un balance de ocho derrotas y dos victorias. Ambas selecciones nunca empataron en la competición. Más preocupante son los 40 goles encajados contra la pentacampeona del mundo por los 13 anotados en esos diez encuentros. La Verde también ha tenido problemas con las lesiones.
El seleccionador Eduardo Villegas se vio obligado a llamar a Ramiro Vaca para sustituir al delantero Rodrigo Ramallo, baja por un esguince de tercer grado en el tobillo izquierdo. También tuvieron que postergar su entrenamiento del miércoles tras la visita de miembros de la comisión médica de la Conmebol para un control antidopaje.
Dos días antes se quejaron por utilizar un vestuario reducido en el campo de entrenamiento del Sao Paulo, pues coincidió con una práctica del equipo paulista.
Mientras, el portero titular del combinado boliviano, Carlos Lampe, parece tener clara la estrategia para hincarle el diente a Brasil: jugar «con su desesperación» por la presión que supone ser los dueños de casa.
Con información de EFE