Cinco adultos mayores que resultaron contagiados por la pandemia regresaron sanos a su comunidad, hay júbilo en el centro de atención de la Gobernación que tiene sede en Bogotá. 

A sus 95 años y con una enfermedad pulmonar de base, los pronósticos para María Elisa Díaz y otros cuatro adultos mayores que presentaron COVID-19 en el Centro de Bienestar San Pedro Claver, de la Beneficencia de Cundinamarca, no eran los más alentadores.

Pero María Elisa y sus compañeros se convirtieron en unos guerreros que le ganaron la partida a la enfermedad y hoy le muestran a Colombia la cara amable de la pandemia que azota el país y al mundo, y le abren, con su actitud y amor a la vida, una ventana a la esperanza.

El grupo, que superó su situación de salud en aislamiento, sin necesidad de ser ingresado en centro de salud, contó con el apoyo y cuidados de los médicos, enfermeros, terapeutas, psicólogos y trabajadores sociales de este centro de atención a adultos mayores y personas con discapacidad cognitiva de Cundinamarca.

Con el acompañamiento de la Secretaría de Salud de Cundinamarca, hicimos una alianza estratégica con la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, para trabajar en la salud y protección de esta población vulnerable a nuestro cargo en el departamento. La Beneficencia cuenta con ocho centros de atención de personas mayores y con discapacidad, de los cuales este es el más grande del país”, afirmó el Gerente de la Beneficencia de Cundinamarca, Salomón Said.

De los 220 adultos mayores atendidos por el Centro de Bienestar San Pedro Claver, procedentes de toda la geografía cundinamarquesa, junto a María Elisa superaron el coronavirus Carlos Julio Hernández, de 71 años: Hernando Bordo, de 68; José Emilio Bachiller, de 61; Plinio José Avendaño, de 65 y Víctor Julio Garzón, de 82, todos ellos unos guerreros que le ganaron la batalla a la pandemia gracias al aislamiento y atención del equipo médico y social del centro.