Reclama el señor Joaquín Zabala, padre del patrullero que se encuentra en el Hospital Departamental San Rafael de Fusagasugá. La Dirección de Sanidad de la Institución afirma que le han dado todos los cuidados. Por su parte los científicos de la salud indican que el joven de 26 años está clínicamente muerto.
Por: Alejandro Castro Guerrero
El patrullero Luis Alberto Zabala Ortega de 26 años de edad, siete de los cuáles estuvo al servicio de la Policía Nacional en el departamento del Valle, adscrito a la Estación del municipio de Tuluá, hijo de un desplazado que reside en una humilde vivienda de arriendo en el barrio Mi Tesoro de la ciudad de Fusagasugá, está diagnosticado como un paciente con muerte clínica, según los médicos especializados.
El pasado 11 de febrero el patrullero Luis Alberto sufrió un aparatoso accidente de tránsito mientras se movilizaba en una motocicleta de la Institución junto con un Teniente a atender un llamado urgente de la comunidad en un sector popular de Tuluá.
Los uniformados fueron trasladados de inmediato a la Clínica San Francisco de esa localidad, a donde fueron atendidos. Zabala Ortega tuvo que ser intervenido por un trauma craneoencefálico severo, fractura abierta en la pierna derecha y politraumatismos, entre otras lesiones.
Para su recuperación fue dejado en la Unidad de Cuidados Intensivos bajo sedación y ventilación mecánica, para posteriormente ser sometido a una gastostromía, porque según el parte médico no podía respirar ni recibir alimentos por sus propios medios.
El dos de marzo milagrosamente el patrullero Zabala enpezó a respirar por sí mismo. Sin embargo, tras una serie de exámenes, aparecen secuelas de un trauma cerebral difuso, es decir que no interactúa con el medio ni responde a los llamados, de acuerdo al informe clínico.
El día 4 de marzo, es trasladado a la Unidad de Cuidados Intermedios, en donde el personal médico adelanta los cuidados pertinentes y determina iniciar los trámites de rigor para un traslado Home Care o cuidado en casa, ya que su condición neurológica es estacionaria.
Un comunicado de la Dirección Nacional de Sanidad Policial indica que la Institución apeló a la Sentencia T-003 de 2005, la cual hace referencia a la responsabilidad de los familiares de cooperar en la atención de sus parientes en situación de debilidad por la afectación a su salud. Además afirman los científicos de la salud argumentan que en un centro asistencial podría correr el riesgo de contraer una bacteria.
De ahí es trasladado a la capital del Valle a la Clínica Regional de Occidente de la Policía Nacional, en donde el paciente recibe atención hasta el 13 de marzo cuando es trasladado con el apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana a la capital del país. El mismo día, fue llevado a la vivienda de su familia en Fusagasugá, en donde según la Dirección Nacional de Sanidad de la Policía quedó acompañado del POMED, (Programa Médico Domiciliario).
Sin embargo el señor Joaquin Zabala dice que fueron engañados, que a ellos jamás les dijeron en Cali que iba a ser enviado a su lugar de residencia, y que lo dejaron sin ninguna clase de acompañamiento médico. Además argumenta que se gravó y tuvo que ser llevado de urgencias el pasado 16 al Hospital Departamental San Rafael de Fusagasugá en donde recibe hasta este miércoles atención médica por una infección que lo mantiene con fiebre.
«Mi hijo debería estar en el Hospital Central de la Policía en Bogotá, y no aquí en nuestro hogar en donde no tenemos las condiciones para atenderlo», señala el padre del patrullero quien sostiene que su hijo entregó los mejores años a la Institución y el trato que ha recibido es criminal al vulnerarle sus derechos a la salud y a la vida.
Su papa es creyente en Dios, profesa la fe Cristiana Evangélica y considera que Dios va a levantar a su hijo de la cama, y él va a volver a vivir normalmente, según lo manifestó a los periodistas de Fusagasugá Noticias.
Desde el Hospital de Fusagasugá se mantienen atentos a realizar los cuidados que requiere el paciente, pero no entregan oficialmente un parte médico.
Fusagasugá Noticias consultó con especialistas quienes afirmaron que el paciente está diagnosticado con muerte clínica, (muerte del encéfalo) es decir que existen antecedentes razonables de daño cerebral catastrófico y determinados signos clínicos en la exploración neurológica.
Aceptando que el diagnóstico de muerte es un ejercicio de puro juicio práctico, y que como tal nunca puede dar certidumbre absoluta, debemos asumir que a pesar de la incertidumbre debemos tomar decisiones razonables y prudentes, indicaron los científicos de la salud.
Esta historia continuará…