Por: Henry Amorocho Moreno 

La población bogotana se encuentra agotada de soportar y obedecer el cumplimiento de un extendido y obligatorio período de cuarentenas que, ya se aproxima a los ciento sesenta días; en varias partes de la ciudad se han presentado manifestaciones de inconformidad, que solicitan el levantamiento inmediato de la cuarentena extendida en siete sectores de la ciudad; o proponen una última cuarentena con 4 días de apertura y tres de cierre, pero con la solicitud expresa, que haya apertura real de la economía a partir de septiembre, porque ya no resisten más la asfixia económica.

Del anterior escenario preliminar, se destaca que, la alcaldesa por primera vez haya hablado de economía y sus funcionarios expusieran con bombos y platillos el mal denominado «Plan Marshall», como la carta de presentación para la reactivación de la economía distrital, tan asolada en estos tiempos de pandemia, por más de 5 meses de cuarentena.

Con relación a lo precedente, es preciso observar que, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Europa fué apoyada por USA y el Banco internacional de Reconstrucción de Fomento (BIRF), con una amplia financiación de la reconstrucción del viejo continente, fundamentado en el Plan Marshall que, fue diseñado para reconstruir Europa, con base en la construcción de obras de infraestructura y bajo la modalidad de gasto directo que contenían el tríptico propósito de aumentar la inversión pública y privada; incrementar el nivel de empleo, y reactivar la economía como consecuencia del aumento del producto interno bruto y la demanda agregada.

En lo hasta aquí expuesto, sobre el homónimo «Plan Marshall del Distrito Capital de Bogotá»; Por ninguna parte pudimos detectar que se tratara de una serie de partidas apropiadas, como adicionales al presupuesto de 2020; y mucho menos pudimos detectar que se tratara de una modificación al recién aprobado Plan de Desarrollo del Distrito Capital 2020-2024; Por lo cual no es por el incremento del gasto que se vaya a hacer la reactivación económica; Sino que claramente el Plan Marshall del Distrito Capital de Bogotá, no es similar, ni en contenido, ni en filosofía, ni en su ejecución, al Plan de reconstrucción de Europa, del cual erróneamente se tomó prestado su nombre.

Así mismo, el referido Plan Marshall del Distrito, se constituye simplemente en unas medidas de alivio tributario que, a nuestro juicio no van a ayudar a muchas empresas formales que ya se quebraron, o a las que están en mayores dificultades. Igualmente, se resalta en el señalado Plan Marshall que, es preciso llevar a cabo el trámite de un cupo de endeudamiento con la corporación Concejo de Bogotá D. C por valor de $11 billones que, es connatural a la dinámica de los procedimientos propios de la ejecución del Plan de Desarrollo, que la corporación referida, recién acaba de aprobar a finales de mayo de 2020.

Así las cosas, el denominado Plan Marshall, sólo se propone, según se establece en los comunicados distritales, congelar el impuesto predial para el 2021 y extender el pago por cuotas para predios no residenciales, los teatros y museos estarán exentos, e igualmente predios residenciales de estratos bajos que, hayan tenido crecimientos desbordados, recibirán un descuento.

También, se plantean descuentos entre el 5 y el 15% del pago del ICA para los empresarios; habrá aumento en el impuesto predial para los inmuebles residenciales con un valor catastral superior a los mil 092 millones. Igualmente, se está proponiendo gravar con mayor intensidad el ICA, a varios sectores empresariales que el Distrito considera que les ha ido bien económicamente en tiempos de pandemia; tales como el renglón de medicamentos, de bienes de primera necesidad, de bioseguridad y las plataformas electrónicas.

Finalmente, de lo hasta aquí sustentado, no se evidencia ningún plan de gastos para el Distrito; sino que antes por el contrario, lo que se registra es una simple descripción de alivios tributarios, y el trámite de un cupo de endeudamiento de $11 billones, para ejecutar el Plan de Desarrollo de la actual Administración; Lo cual de suyo, no tiene la naturaleza de un plan de reactivación económica, sino el de un plan de alivios tributarios.

Por lo tanto, se sugiere a la Administración Pública Distrital, que llamen a las estrategias hacendísticas como corresponde, para que no confundan a la población con planteamientos equívocamente denominados; y más bien actúen de frente y comprometidos con la reactivación de la economía; llevando a cabo un plan serio de reapertura agresiva e inteligente de la economía a partir de septiembre/20; imprimiéndole dinámica a la ejecución de obras en la vía ALO Sur, la ampliación de la Autopista Norte y otras. Pues, Bogotá representa un 25% del PIB del país y el 20% del empleo de la nación; y ambos se han visto afectados, por lo que los analistas ya comienzan a señalar como un desafortunado manejo de la crisis de la pandemia, tanto en el sector central de la Nación, como en el Distrito Capital de Bogotá.