Las preocupaciones expresadas por psiquiatras, educadores y padres cuando la plataforma Netflix estrenó la serie Por 13 razones parecen justificadas a la luz de un estudio publicado esta semana en Estados Unidos, que ha detectado un fuerte repunte de las cifras de adolescentes que se quitaron la vida el mes inmediatamente posterior a su estreno, el 31 de marzo del 2017.

La tasa de suicidio de las personas de entre 10 y 17 años aumentó un 28,9% durante el mes de abril, de acuerdo con el análisis de National Institutes of Health, el prestigioso centro de investigaciones dependiente del Departamento de Salud. Entre abril y diciembre del 2017 también se registraron más casos de lo que las tendencias históricas sugerían, 195 más, según el estudio, publicado el lunes en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.

En EE.UU.

Cada año 4.600 jóvenes de entre 10 y 24 años se quitan la vida

El suicidio entre los adolescentes es un problema de salud pública de primer orden en Estados Unidos, de ahí la alerta que suscitó la serie de Netflix. Cada año 4.600 jóvenes de entre 10 y 24 años se quitan la vida, y esta es su principal causa de muerte en EE.UU., según el Centro de Control de Enfermedades.

Por 13 razones cuenta la historia de una adolescente que decide suicidarse y deja tras de sí varias grabaciones en las que explica sus motivos. Desde su estreno, numerosas organizaciones criticaron la serie por dar un aura de glamur al suicidio y advirtieron que podría provocar un efecto copycat o de imitación entre los adolescentes. “Su potente narrativa puede llevar a sus espectadores más impresionables a romantizar la elección hecha por los personales o desarrollar fantasías de venganza”, alertó la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares.

Los autores del estudio estudiaron los datos disponibles de los cinco años previos al estreno así como los nueve meses posteriores. Aunque reconocen que no pueden probar una causa directa y no descartan que haya más factores, subrayan la coincidencia del repunte con el estreno de la serie y la capacidad de influencia de los medios.

“La gráfica representación de la muerte del principal personaje y la forma en que es recordada en la serie envía un mensaje equivocado”, afirma Jeff Bridge, investigador líder del estudio y director del centro de prevención e investigación del suicidio del Nationwide Children’s Hospital, el mayor instituto pediátrico de Estados Unidos. “Este estudio debería ser un toque de atención para todos aquellos que creen productos que van en contra de las directrices sobre cómo debería representarse el suicidio”, afirma Bridge, que recuerda que las historias presentadas de forma “sensacionalista” o “simplista” pueden promover estos comportamientos.

Netflix ha emitido un comunicado en el que reconoce la importancia del tema. “Hemos trabajado ­duro para asegurarnos de que lo tratamos de manera responsable”, recalca. A raíz de las críticas, cuando la serie llevaba varias semanas disponible, añadieron una advertencia antes del primer capítulo y lanzó una web con recursos para la prevención del suicidio (en España, el Teléfono de la Esperanza, 717-003-717).

En la segunda temporada, el enfoque cambió ligeramente. Como ha recordado Netflix, que está a punto de estrenar la tercera, un reciente estudio de la Universidad de Pensilvania constató que las personas de entre 18 y 29 años que vieron completa la segunda entrega expresaron una menor idealización del suicidio que otros que no la visionaron. Pero el informe señala también que quienes la dejaron a medias mostraron “mayor riesgo de suicidio y menos optimismo hacia el futuro que los que la vieron hasta el final”.

Del ‘efecto Werther’ a Kurt Cobain

El potencial imitativo de las conductas suicidas fue estudiado y definido como el efecto Werther en 1974 por el sociólogo David Philips. El nombre viene de Las penas del joven Werther (1774), una novela de Goethe en la que el protagonista se quita la vida por razones amorosas. Tuvo un enorme éxito en toda Europa y pronto se registraron casos de suicidio en circunstancias similares, lo que llevó a varios países a prohibir el libro.

Diversos estudios han detectado una correlación entre las noticias sobre personas, en especial famosas, que se quitan la vida y un aumento de los casos. El suicidio de Kurt Cobain, el líder de Nirvana hizo temer un efecto imitativo entre los adolescentes hace 25 años. Finalmente no se produjo gracias, según los expertos al papel de su viuda, la cantante Courtney Love, que evitó la romantización de su muerte y dejó claro que sufría una enfermedad mental que no se trataba.