Para este domingo 13 de marzo, son tres las coaliciones que están integradas por quince candidatos, entre aspirantes de distintos partidos, que se medirán de cara a la primera vuelta presidencial.

Por: La Silla Vacía

Las tres consultas reflejan tres bloques ideológicos distintos que organizan la política colombiana. Unos mejor que otros, los tres lograron dejar una impronta de lo que significa en el país la izquierda, el centro y la derecha.

La izquierda es la diversidad de un país que no está representado en el poder actual. El Pacto Histórico le dio una voz a las mujeres, indígenas, y afros que no habían tenido en la escena nacional. Representa a quienes se sienten excluidos de los beneficios del crecimiento económico y la estabilidad del país. Tanto que no tienen nada que perder con lanzarse a apoyar una agenda de cambios radicales, sobre todo de transformación del modelo económico.

Con el Equipo por Colombia surgió una derecha que no gira alrededor del uribismo, que había dominado la política colombiana, y especialmente su vertiente más conservadora, desde hace dos décadas. Aunque se presenta como una alianza de ejecutores regionales basada en los resultados, sin ideología, defiende una plataforma de valores conservadores y está integrada por la mayoría de partidos tradicionales. Todos menos Enrique Peñalosa están en contra del aborto, de la despenalización de las drogas, a favor de la Fuerza Pública y del Gobierno Duque. Es una alianza del Establecimiento que piensa que se debe conservar lo alcanzado, y profundamente escéptica de las propuestas de cambio de la izquierda.

El centro fue el sector que más dificultades tuvo para definirse. Dos visiones entraron en contradicción. Por un lado, un centro que representa una forma distinta de hacer política. Esta es la visión antipolítica que viene desde la Ola Verde y representa hoy Sergio Fajardo. Por el otro, un centro que representa una agenda de reformismo liberal, que abanderó Alejandro Gaviria, con una propuesta más pragmática de hacer política con alianzas con políticos. Al final, ni Fajardo ha logrado ilusionar como alguna vez lo hizo Mockus, ni Gaviria logró entusiasmar con su agenda de reforma liberal ni forjar una alianza realmente robusta de apoyos.