Por: Fabio Nelson Giraldo

Este título obedece a un llamado que hacemos desde este medio a TODOS los que nos llamamos Actores del Tránsito a repensarnos, a reorganizarnos, a redirigir nuestro comportamiento en las vías, en lo que hacemos a diario que no solo compromete nuestra propia seguridad sino la de los demás, la del otro.
Fabio Nelson Giraldo
A propósito, la Organización Mundial de la Salud (OMS), sigue insistiendo en lo que ya hace varias décadas se pronosticó en relación a los accidentes de tránsito que hoy es la tercera causa de muerte violenta en el MUNDO y con un escrito nos resume una realizad que nos alarma a todos y que debe llevar a que tomemos acciones de inmediato para reducir de una vez por todas las víctimas fatales casadas por los MAL LLAMADOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO.
Por eso el título, ¿Y nosotros, y ellos, y vos y yo… qué?, en virtud que la movilidad es un acto inherente del ser humano y que se tienen buenas razones para desplazarnos a diario de un lugar a otro, la premisa que hoy debe quedar en la conciencia de nosotros, de ellos, de vos y mía; es una muy simple es que, así como es de importante llegar al lugar de destino, es aún más importante LLEGAR A SALVO, O MEJOR, LLEGAR SEGURO y en este sentido la pregunta es directa:
¿Cuantos actos inseguros podría usted o podría yo contabilizar a diario al momento de ser ACTOR DEL TRÁNSITO y que a cada instante compromete no solo nuestra seguridad sino la del otro y que a la postre pudiéramos ser víctimas o victimarios de un accidente de tránsito?
El llamado que hace la OMS nos referencia es a REDUCIR LA VELOCIDAD, y yo le agregaría que no solo al vehículo sino a nuestros impulsos, porque si bien la OMS describe esta acción como una de las principales causas de los MAL LLAMADOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO podríamos agregar o apoyar que el exceso de velocidad no es un accidente, es un acto que solo es responsabilidad humana y que es totalmente PREVENIBLE.
Si reducimos la velocidad, respetamos los límites de velocidad apropiados para cada vía y no viajamos a una velocidad excesiva, conseguiremos que las carreteras sean seguras para todos. Para los niños que van al colegio, para las personas mayores que cruzan la calzada, para los trabajadores que se desplazan en automóvil hasta sus lugares de trabajo y para todos los usuarios de la vía pública en general.
La velocidad excesiva es uno de los principales factores de riesgo. Cuanto mayor sea la velocidad, mayor será el riesgo de sufrir un accidente de tránsito y mayor será la gravedad de las consecuencias del mismo. La velocidad excesiva también afecta al resto de usuarios de la vía pública, como los peatones o los ciclistas.
Reducir la velocidad significa aumentar la seguridad.” ¿Y nosotros, y ellos, y vos y yo… qué? NOS COMPROMETEMOS O NO… LA SEGURIDAD VIAL ES UN MUNDO DE TODOS.