Por: Juan David Cetina Parra

La Universidad de Cundinamarca tiene más de 12 mil estudiantes, su sede principal es en Fusagasugá y sus seccionales son: Girardot, Ubaté; Extensiones en Chía, Zipaquirá, Chocontá, Facatativá y Soacha, a donde llegan jóvenes de diferentes lugares con el sueño de poder estudiar y alcanzar un desarrollo humano, en un país en que prima la violencia y la corrupción; sin embargo, a la clase política tradicional no le importa la educación de los jóvenes, así lo demuestra el recorte en 3.800 millones de pesos para esta universidad por parte del gobernador de Cundinamarca Jorge Emilio Rey, esto se lo aprobó la Asamblea Departamental  mediante la ordenanza 019 del 2016, que trata del  destino del presupuesto para el año 2017.

Este recorte afecta drásticamente la poca investigación que tiene  esta Universidad, porque de hecho, el SENA le gana a esta  en investigación ante Colciencias; además afecta la remodelación de los laboratorios de enfermería y de otros programas, sin nada de esto, jamás van a acreditar a los programas con alta calidad.

El trasfondo del recorte, es que quieren la privatización de la Universidad, para luego salir a decir que no hay dinero, y entregárselo a un “socio estratégico” que en realidad no es un socio, sino la venta de  este claustro a un privado. Nos quieren dejar sin educación superior para que los jóvenes no se formen, para así tener gente que siga votando por los mismos politiqueros que nos llevan gobernando más de 210 años.

Cabe decir que el gobernador de Cundinamarca Jorge Rey, es un enemigo de la educación pública, porque así lo demuestran los hechos, esto es para que no sigan votando por estos tipos de políticos y además, para pensar a la hora de elegir a nuestros gobernantes.

Otro tema que es preocupante, es el SNET (Sistema Nacional de Educación Terciaria), que está impulsando el gobierno nacional de Juan Manuel Santos y la ministra de Trabajo Clara Lopez Obregón ,  que busca que los pregrados, queden en el mismo nivel académico de los técnicos y tecnólogos, para que estos puedan hacer postgrados, algo que busca el retroceso de la educación superior, para así poder des financiar a las universidades públicas, porque les conviene tener trabajadores de mano de obra barata. La salida no es tercerizar la educación, sino  financiar y abrir más universidades públicas.

En ese sentido, es importante que los estudiantes de esta universidad nos organizamos para mostrar nuestra inconformidad frente al recorte del presupuesto  , y el sistema nacional de tercerización que nos quieren implementar sin ninguna consulta; hagamos hechos contundentes, como movilizaciones. Incluso parar la Universidad, es mejor perder unos días de clases, y no perder las clases para toda la vida.

¡No a la privatización de la Universidad de Cundinamarca, caminemos y luchemos juntos por una educación pública gratuita y de calidad!