«Permítase romper las fibras de su espíritu” 

Por: Julián Gelvez

Hemos escuchado que cuando los fisicoculturistas practican su deporte rompen sus fibras musculares y cuando estas se regeneran nacen más fuertes y de esta manera aumentan masa muscular. Pasa lo mismo con nuestro espíritu durante el andar por la vida, a más errores mayor es la experiencia.

Parece extraño decirlo, pero hay que permitirse cometer errores para aprender. En el libro de Proverbios (24:16) podemos leer que “Siete veces cae el justo y vuelve a levantarse” y que sólo los impíos se quedan en el error, lo que puede convertirse en pecado.  La idea hasta aquí es aprender de los errores y seguir adelante. Pero son las personas que evaden los errores, que asumen una posición santa (sin serlo) que a la primera oportunidad puede cometer errores irreparables.

Pero para cometer errores hay que arriesgarse y vivir la vida con sus altibajos, invertir el tiempo en lo que nos gusta, así a los demás no les parezca, darse la oportunidad de soñar y probar nuevas experiencias salidas de lo común. Sólo los que cometemos errores a diario generamos una sensibilidad por caminar senderos desconocidos. Y de esta manera hacer de todo un poco y experimentar (romper las fibras) y regenerar el espíritu… permitirse renovar. Pareciera que Dios respalda a quien se arriesga a romper los paradigmas establecidos, en Salmos 56:11 el rey David nos invita a confiar en Dios. Muy seguramente si hacemos su voluntad y actuamos conforme a su gobierno, Él mismo respaldará los deseos de nuestro corazón si es su voluntad.

Aquellas personas que caminan lo caminado por otras, siguiendo cánones y ejemplos de triunfo y éxito… jamás saldrán del anonimato. Sólo aquellos que viven de error en error salen verdaderamente triunfantes y serán recordados por arriesgar algo en sus vidas. Existen momentos en que la vida te exige dar todo por nada (aparentemente).

Pensar que la vida ya está hecha y que solo hay que caminar por caminos conocidos es quizá el verdadero error. Cuantos dones desperdiciados, cuantos talentos en la basura y cuantos sueños abandonados.

Levántese hoy y cometa el error del día, permítase vivir de una manera distinta a la de su vecino o a la de su familia, vaya y camine por senderos desconocidos, acérquese a eso que le da miedo ¿por qué no?

Piense que si no comete errores no va a aprender jamás eso que siempre quiso aprender, es preferible que le llamen loco (a) a aburrido, corriente y normal. Rompa los esquemas y trasgreda paradigmas, trate de cambiar el orden aparente de las cosas, arriésguese y haga lo que los demás no hacen, camine en contra vía. Si usted nada en contracorriente su cuerpo se hará fuerte y cuando nade con los demás usted hará la diferencia. Crea en usted, en su capacidad de regenerarse y de renovarse.

Para cometer errores usted necesita de tiempo, planeación o a veces solo debe seguir su instinto. Con los días usted desarrollará un olfato fino e identificará la oportunidad para cometer el error. Como ve, usted dedicará tiempo y esfuerzo, quizá todo su potencial para convertirse en un experto. Se convertirá en un talento reconocido por los demás y tal vez un ejemplo a seguir.

Las consecuencias se harán notar: le prometo que tendrá control absoluto de sus decisiones, hará lo que lo haga feliz, hará e invertirá su tiempo lo que a su voluntad del plazca (obviamente sin caer en desobediencia a Dios), emprenderá ese negocio que siempre quiso, aprenderá el instrumento que siempre soñó tocar, pintará viajará y escribirá sus experiencias, piense que usted es el centro de todas las posibilidades y se convertirá en el generador de éstas. Cometerá errores y vivirá como usted quiere. ¡Único y genuino, así como Dios lo creo, maravilloso e irrepetible!

¡Rompa las fibras de su espíritu!