Repensar y articular las herramientas de planeación territorial con las que cuenta el país es uno de los objetivos de los municipios que están en el proceso de modificación de los POT.
Por: Paola Medellín
Al cumplirse 20 años de la Ley 388 de 1997, y 17 años de los primeros Planes de Ordenamiento Territorial (POT), son varios los avances y desafíos que se pueden destacar, en términos de la implementación de los instrumentos y de su articulación para lograr territorios sostenibles.
En diálogo con el programa Observatorio de Gobierno Urbano, del Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional (U.N.), la profesora Yency Contreras destacó la necesidad que ha mostrado el país de conocer el estado del ordenamiento territorial en Colombia, que quedó demostrado con la masiva asistencia al Seminario Internacional: Ordenamiento territorial en Colombia: alcances y retos de los POT.
“Este evento también nos confirmó que hay deficiencias no solo de la formulación de los POT sino también de la implementación de los instrumentos que nos permite la Ley 388”, afirmó la profesora.
En este sentido, destacó varias conclusiones que quedaron de este Seminario, entre ellas la importancia de esta Ley, como un avance fundamental en términos de regulación de usos del suelo y como soporte del ordenamiento territorial, que no es solo físico-espacial sino también una expresión política de los intereses y de las interacciones que se dan en el territorio.
Otro de los aspectos que destacó la coordinadora del evento, es que la Ley 388 es el soporte legal que tienen los actores políticos en el país para decidir sobre temas de planeación, gestión del territorio y financiación del desarrollo urbano.
Por su parte, el profesor Fernando Viviescas, del IEU, manifestó que en la Ley 388 no está desarrollado el aspecto ambiental como parte de la planeación del territorio y coincidió con varios de los ponentes del Seminario en señalar que los POT tienen un tinte mayoritariamente urbano y municipalista.
“La contaminación del aire y la congestión vehicular, por ejemplo, ya no son un tema solo del municipio sino de una región o de una metrópolis; y para eso se requiere de voluntad política y de la integración de las comunidades”, agregó la profesora Yency Contreras.
Además, el profesor Viviescas resaltó que otra conclusión del Seminario tiene que ver con el planteamiento estratégico de corto, mediano y largo plazo, en el que los tiempos son fundamentales.
“Una ciudad no se puede planificar a cuatro años. Un POT no es un Plan de Gobierno extendido tres veces y por lo tanto, elementos como el seguimiento deben ser redefinidos; no le podemos aplicar a los POT las metodologías de seguimiento de unos procesos que están solamente pensados en el día a día”, indicó.
Por lo anterior, los profesores aseguraron que el principal reto del ordenamiento territorial en Colombia es articular los instrumentos de los POT en todas las dimensiones de la ciudad: en términos ambientales, gestión del riesgo, la relación de lo urbano y lo rural, entre otros, con una mirada regional.
“Es fundamental que instrumentos como los planes de ordenamiento metropolitano, de manejo de cuencas y otro tipo de planes puedan articularse y permitir a las autoridades tomar decisiones que no limiten, en espacio y tiempo, las posibilidades que tienen los territorios de desarrollarse”, puntualizó Yency Contreras.