Aproximadamente 52  privados de libertad asesinados fue el resultado que dejó un motín carcelario en el centro penitenciario de Altamira, ubicado en el estado barileño de Pará.

Según versiones de las autoridades, 18 de los ultimados, fueron decapitados. Al parecer los hechos iniciaron como un enfrentamiento entre pranes (líderes de cárcel).

La reyerta inició a las 7:00 de la mañana de este lunes, cuando los condenados se enfrentaron con armas artesanales; se encerraron en un gran salón y encendieron con fuego todo el espacio, el fuego se extendió por otros pabellones y produjo la muerte de varios reos, por asfixia.

Hasta los momentos no se han podido establecer las identidades de los fallecidos.  «Estamos realizando una inspección y haciendo el recuento de los presos, por lo que el número de muertos y heridos aún puede crecer», señaló la portavóz de la cárcel de Pará.

Una vez controlada la rebelión, los reclusos involucrados en el ataque fueron trasladados a celdas individuales y se encuentran aislados de los demás.

El Centro de Recuperación Regional de Altamira, situado a unos 850 kilómetros de la capital regional de Pará, Belém, tiene la capacidad para 200 presos, pero alberga actualmente a 311 personas.

Esta es la segunda mayor masacre en presidios brasileños en lo que va de 2019.

Redacción: Fusagasugá Noticias