Cúcuta, que tiene el principal paso fronterizo con Venezuela, es testigo de la desesperanza que invade a muchos migrantes del país que se buscan la vida en Colombia y que anhelan un pronto final para el gobierno de Nicolás Maduro.
A raíz de la crisis social, política y económica que atraviesa Venezuela, Cúcuta se ha convertido en los últimos años en un oasis en medio del desierto para miles de venezolanos que sufren debido a la escasez de productos de primera necesidad.
Este lunes se cumplen cuatro años desde que Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia, que se extiende por más de 2.200 kilómetros, permitiendo únicamente el paso para peatones por los puentes que conectan a los dos países.
Desde entonces, diariamente cruzan hacia Colombia por el puente Simón Bolívar, principal cruce que conecta con la ciudad venezolana de San Antonio, en el Estado Táchira, miles de personas en busca de alimentos, medicinas, empleo o educación.
De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas, un 14 % de los migrantes venezolanos en la región recurrió a la mendicidad en la ruta desde su país hasta el lugar de destino, lo que hace que muchos se abstengan de abandonar Venezuela.
Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), revela que el número de venezolanos que han abandonado su país a raíz de la crisis ha superado la barrera de los cuatro millones, de los que más de 1,4 millones han llegado a Colombia.
Redacción: Fusagasugá Noticias – EFE