Se estima que solo el 2 % de el ecosistema matorral altoandino se encuentra en buen estado de conservación, pues la agricultura, la ganadería y la urbanización han impactado la mayor parte de su área.
#CuidemosJuntosElMedioAmbiente. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR puso en marcha un proyecto de conservación, en el municipio de Soacha, de uno de los ecosistemas únicos de Colombia: el subxerofítico altoandino de la cordillera Oriental, un enclave semiseco, con formaciones pedregosas, arbustos y vegetación de apariencia desértica de gran valor y belleza que está en alto riesgo de desaparecer.
El término “subxerofítico” tiene que ver con las características de la vegetación propia de las zonas áridas, semisecas o con déficit hídrico, las cuales, para sobrevivir, han desarrollado adaptaciones especiales en su estructura como la generación de espinas, hojas suculentas o de tamaños pequeños que se normalmente se caen en épocas secas.
Con acciones técnicas y pedagógicas la Corporación busca proteger una franja que alberga especies únicas de flora y fauna silvestre, buscando que se reconozca su valor y belleza. “Nuestro proyecto permitirá su reconocimiento como un ecosistema estratégico y como determinante ambiental para la actualización del Plan de Ordenamiento Ambiental de Soacha”: Director de Recursos Naturales de la CAR.
Esta zona, que a nivel nacional solo se ubica en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, se distribuye en 37 municipios del territorio a cargo de la CAR, con una extensión de un poco más 185 mil hectáreas. (9,93 % de la jurisdicción)
Sin embargo, se calcula que solo el 2 % de este ecosistema se encuentra en buen estado de conservación, como consecuencia de la intervención humana representada en el dominio de sistemas agrícolas y pecuarios y dese luego, por la expansión urbana.
Por esta razón, la CAR puso en marcha un proyecto para la caracterización físico – biológica de este bioma y su reconocimiento como estratégico y como determinante ambiental para la actualización del Plan de Ordenamiento Ambiental de Soacha, toda vez que así fue catalogado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
“Buscamos proteger lo que queda de matorral semiseco altoandino no solo porque es el refugio de especies únicas como la alondra cornuda y plantas como el cactus muisca, el agave y la condalia, sino, además, porque condiciona el entorno e incide en la calidad del ambiente y la salud de los habitantes de Soacha”, destacó el director de Recursos Naturales de la CAR, Edwin Giovani García.
Un equipo interdisciplinario de profesionales especialistas en este tipo de ecosistemas se dará a la tarea de detallar el potencial de flora y fauna que aun alberga el enclave garantizando que siga siendo hábitat de especies endémicas altamente amenazadas por las dinámicas socioeconómicas de este municipio, cuyas fronteras invisibles con la capital del país generan alta presión.
“Nuestra iniciativa busca además desarrollar una ruta declaratoria de áreas protegidas para identificar y concertar con actores sociales la mejor estrategia para su conservación a nivel regional”, puntualizó el funcionario.
Vía: CAR