El miércoles de esta semana se dio inicio al mes del Patrimonio Cultural con una serie de conversatorios que se llevaron a cabo en el auditorio Emilio Sierra de la UDEC.  Las Jornadas de acercamiento al patrimonio cultural de Fusagasugá, promovidas por la Secretaría de Cultura, se adelantaron desde el miércoles 30 de agosto hasta el viernes 1º de septiembre y forman parte del mes del Patrimonio Cultural, en el que también se llevarán a cabo eventos como el X Festival de Intérpretes de la Rumba Criolla y el Reinado municipal y departamental de la Rumba Criolla.

Por: Andrés Felipe Castañeda Muñoz

Este miércoles se realizaron los primeros eventos que dan inicio al mes del Patrimonio Cultural, una apuesta de la Secretaría de Cultura y de sectores de la Academia de Fusagasugá para apropiar a los fusagasugueños del patrimonio del municipio y para entenderlo de manera integral: el patrimonio inmaterial que está íntimamente ligado al patrimonio histórico y arquitectónico de los pueblos y a la manera como crecen, evolucionan y se desarrollan en su territorio.

Eventos destacados

Entre los eventos que se realizaron en el auditorio Emilio Sierra, se destacan el taller «Paleografía e historia fusagasugueña», dictado por Gildardo Tovar Velandia, que tuvo lugar el miércoles a las 10 de la mañana, con la ponencia «Territorio y memoria ancestral: reconstrucción de la ruta de Bochica por Sumapaz», presentada por el licenciado Bryan Cifuentes, Lina Fernanda Pabón y Cristian Ciendua. La ponencia se efectuó a las 2 de la tarde.

El jueves 31 de agosto a las 10 de la mañana, se dictó el taller «tejido ancestral Mhuysqa», dirigido también por el licenciado Brayan Cifuentes, Lina Fernanda Pabón y Cristian Ciendua. A las 3 de la tarde, tuvo lugar el conversatorio «Patrimonio cultural y patrimonio arqueológico de Cundinamarca», encabezado por el arqueólogo y antropólogo Jairo Guáqueta, del Instituto Departamental de Cultura y Turismo, IDECUT. La jornada finalizó a las 5 de la tarde con la ponencia «Patrimonio cultural inmaterial» a cargo de Ángela Guáqueta.

El viernes después de las de la tarde, se dictó el taller «Patrimonio rupestre», a cargo de Diego Martínez Celis y a las 4, se presentó el conversatorio «Pensar oralidades, entre patrimonios e historias locales» a cargo del historiador Félix Raúl Martínez Cleves. También hubo muestras artísticas de danzas tradicionales a las 3:30 y 5 de la tarde.

(Ver: «Queremos salvaguardar la rumba criolla»)

Cartografía, memoria y patrimonio inmaterial

Uno de los eventos que se desarrolló en la Universidad de Cundinamarca, fue la ponencia «Cibercatografía histórica del municipio de Fusagasugá: memoria y territorio». Más allá del significado («cibercartografía» es la aplicación de las nuevas tecnologías a la cartografía y el estudio de los territorios), el trabajo desarrollado por los cartógrafos Angie Méndez, Jorge Arturo Mancipe y Giovanny Avendaño, supone un documento de estudio muy impotante para el municipio en relación con la manera en que Fusagasugá ha crecido urbanísticamente con el paso del tiempo. «La cartografía es la más científica de las artes y la más artística de las ciencias», dijo Govanny Avendaño en la presentación de la ponencia. Es quizás la mejor manera de definirla y de entender también su importancia a la hora de empezar a edificar la apropiación del patrimonio cultural.

El evento de cierre fue el conversatorio «Vivencias de los 70’s», a cargo del licenciado José Aureliano Díaz Rozo, una exposición de una mente privilegiada sobre la evolución del territorio de Fusagasugá de los últimos 40 años. Escuchar hablar al profesor Díaz es escuchar una voz que se desliza con facilidad por las calles y las carreras y va evocando el paso del tiempo, levantando edificios y casas, contruyendo la ciudad con la palabra.

El profesor (o ‘El polaco’, como lo llama todo el mundo) evoca la Fusagasugá antigua, de esa de la que persisten vestigios escondidos bajo nuevas capaz de cemento. Cuenta que la Avenida Las Palmas era una fuente hídrica que fue desviada para hacer la avenida, y que esa es la razón por la que las lluvias traen inundaciones, o que la calle 22 era una quebarada que fue canalizada, o que la construción de los barrios altos y bajos de a ciudad fue una segregación fortuita generada por la política de la época, y que mientras abajo construyeron el barrio Obrero, Comuneros y Pablo Bello, arriba respondieron con urbanizaciones como Pekín y Galán. «La izquierda construyó hacia abajo y la derecha construyó arriba«, dijo en un punto de su exposición.

Tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre los cambios en la ciudad en las últimas décadas.

FN: ¿Cuál es la principal cambio urbanístico de Fusagasugá entre los años 70 y la actualidad?

José Aureliano Díaz Rozo:  La urbanización de lo que hoy llamamos comuna suroccidental, que los pioneros son Coviprof o 15 de mayo, eso lo hizo la cooperativa de profesores, al frente de Villa Patricia, luego nace La Gran Colombia y hasta ahí todavía estábamos en lo que era Fusagasugá. Viene entonces la gran urbanización de los llanos: Llano Largo y otros barrios, y esa es una ciudad totalmente diferente, ese es el gran cambio. Estructuralmente no hemos cambiado, seguimos teniendo las mismas calles y las mismas avenidas, pero demográficamente sí hemos cambiado.

FN: ¿Usted cree que no haber desarrollado a Fuagasugá respetando las fuentes hídricas puede afectar las nuevas construcciones?

JADR: No quiero ser alarmista. Si nosotros hubiéramos sido capace de cuidar nuestras quebradas que vienen del Cerro, y el Cerro mismo, hoy tendríamos agua, no tendríamos que ir a mendigarla a Pasca, porque el río Cuja es de Pasca, ni mucho menos al otro lado, a Sibaté, porque el Barroblanco nace en Sibaté. Tendríamos nuestra agua y cada quebradita de esas nos podría estar fácilmente dando 10 litros. 170 litros es lo que traemos el Cuja, pero desafortunadamente no hubo la voluntad política y en ese momento no había la consciencia ecológica que hay hoy. Ese es el dolor de cabeza, tanto para el agua potable como para los desechos. Si usted ve, todos los desechos van a dar a la quebrada Sabaneta y del otro sector van a dar a la quebrada de Santa María. Eso no tiene sentido, lo tenía en su momento, pero ya no.