Desde que llegamos al auditorio Emilio Sierra de la Universidad de Cundinamarca en donde se presentaban, el ambiente se tornó mágico y especial. Cada nota resonaba en el ambiente acariciando el lugar. Niños, jóvenes y adultos, unidos en un compás tras otro para crear la melodía. Instrumentos de viento, metal y cuerdas interpretando temas musicales diversos fueron el deleite de los asistentes.
Wilson Ruiz, director de la Banda, trabaja hace ocho años con la Secretaría de Cultura del Municipio y se siente contento de ser el director de la Banda Sinfónica desde este año, acerca de los inicios de la misma nos contó, “Emilio Sierra fue el precursor de las bandas municipales y orquestas en Fusagasugá desde el año 1938. Él compuso los temas de rumba criolla, vivan los novios y A Juerguiar Toca. Él fue quien se dio a la tarea de crear la banda sinfónica, en el 52 convocó a jóvenes para enseñarles la música hasta el 57 cuando falleció… actualmente se tienen dos bandas, una infantil y el formato de mayores, en donde también son convocados los niños de mejor nivel y exigencia musical para que estén en la de mayores… Hoy interpretamos cuatro obras, un bolero que se llama Negrura, un porro que se titula Fiesta de Negritos, una obra americana clásica By The River Of Babylon, y A Juerguiar toca, que es una rumba criolla, es nuestro ritmo”.
David Miranda, está en la banda hace ocho años, toca el trombón de varas, “Yo inicié porque en mi escuela mi maestra de español nos regaló los formularios de inscripción y nos dieron la oportunidad de escuchar los instrumentos y me gustó mucho el trombón, desde ahí comencé… ya estoy en tercer semestre de música en la Universidad del Bosque, me estoy especializando en el instrumento y quiero continuar con esto para toda mi vida… a los jóvenes les diría que no se rindan, que acá en Fusagasugá afortunadamente tenemos un semillero, un proceso que nos brindan los maestros, tenemos los instrumentos, lo único que nosotros debemos dedicar es tiempo y eso es lo que nos sobra a los jóvenes en las tardes, esto nos sirve para ocuparnos, aprender algo nuevo y alejarnos de muchas cosas negativas que actualmente están influenciando a nuestro municipio ”
En el mismo sentido se expresó Paula Valentina Rodríguez, quien toca el clarinete bajo, “Hace cinco años que estoy acá, es una experiencia única, incomparable, nos da la oportunidad de crecer como personas y como buenos instrumentistas nos ayuda a enriquecernos en valores, entonces es una oportunidad que no todos tenemos… Estoy en grado once pero pienso estudiar música, este es mi proyecto de vida… mis padres siempre me apoyaron, desde que comencé me acompañan en cada presentación y me brindan todo el apoyo, mi mamá dice que hasta donde toque ella estará ahí”.
Allí, camuflado entre instrumentos, vimos a Cliff, trompetista nativo de Minesotta (USA),
quien llegó hace un par de meses a Fusagasugá y manifiesta con su acento agringado, “estar acá es muy tranquilo, desde que llegué averigüé que había casa de la cultura y que tenían banda de música e inmediatamente empecé a ser parte de ella”, a él le gustan los ritmos colombianos y disfruta mucho al interpretarlos con su instrumento, por algo se dice que la música es el lenguaje universal.