La crisis diplomática genera inquietud en sectores productivos, que advierten sobre el impacto devastador de las medidas propuestas por la administración de Trump.
En medio de una creciente tensión comercial entre Colombia y Estados Unidos, gremios y sectores productivos del país han expresado su preocupación ante la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 50% a todos los productos colombianos. La reacción fue unánime: la diplomacia debe prevalecer para resolver la crisis, dado que EE.UU. es el principal socio comercial de Colombia.
Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), subrayó la gravedad de la situación, afirmando que “nuestras principales exportaciones hacia EE.UU. saldrían afectadas. Hay que apagar el celular y poner a funcionar la Cancillería”. En la misma línea, Martín Ibarra, CEO de Araujo Ibarra, advirtió que romper relaciones con EE.UU. sería «devastador«, dado que más de un tercio de las exportaciones colombianas tienen como destino el país norteamericano, que también es el mayor inversionista en Colombia.
El café, un producto emblemático de Colombia, se encuentra en el centro de esta crisis. Germán Bahamón, presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, destacó que este sector representa a más de 560.000 familias y que el 40% de las exportaciones de café tiene como destino EE.UU., lo que equivale a más de 1.100 millones de dólares. María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana, enfatizó que “el impacto será inmediato y devastador” si se implementan los aranceles.
Desde el gobierno, la respuesta ha sido una orden del presidente Gustavo Petro para que el Ministerio de Comercio imponga aranceles del 25% a las importaciones estadounidenses. Paloma Valencia, senadora, anunció su intención de citar a un debate de control político al canciller y al ministro de Comercio por las decisiones tomadas.
La situación también ha generado reacciones en Estados Unidos, donde el senador Bernie Moreno introducirá una legislación para imponer nuevas sanciones a Colombia. Su colega, Rick Scott, criticó al presidente Petro por enfrentar a un «Presidente mucho más fuerte» y le instó a aceptar la repatriación de criminales.
La directora del Dapre, Laura Sarabia, instó a la calma y abogó por el uso de vías diplomáticas para resolver la crisis, poniendo en relieve la importancia de proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos colombianos. Con más de 500.000 familias afectadas en el sector del café y miles en otros sectores como flores y construcción, la urgencia de una negociación pacífica nunca ha sido tan crucial.