Hay vías bloqueadas en varias ciudades, el transporte público ha iniciado un paro total de actividades y se han suspendido las clases en todo el país.

Con esta medida, que se aplicará en todo el país durante 60 días, el presidente, Lenín Moreno, pretende «garantizar la seguridad» y prevenir un posible estallido de las protestas violentas. Desde la medianoche del miércoles no hay transporte y las clases han sido suspendidas en todo el país.

La ola de movilizaciones responde al incremento del precio del diésel y gasolina extra, que se ha producido por la eliminación del subsidio estatal. La medida, con la que el Gobierno pretende ahorrar 1.400 millones de dólares al año (más de 1.276 millones de euros), es parte de un paquete de ajustes anunciado por el presidente el martes por la noche.

Con el estado de excepción quedará limitado el derecho de reunión y el de libertad de tránsito y se desplegará a la policía y a las Fuerzas Armadas en todo el país. Los ministros de Defensa y de Gobierno, Oswaldo Jarrín y María Paula Romo, anunciaron que se perseguirá la paralización de vías, la suspensión de derechos públicos y todo lo que altere el orden, la paz y las actividad laboral y productiva del país.

La gasolina extra ha pasado de costar 1,85 dólares por galón a 2,22, respectivamente. El diésel, habitual combustible del transporte de mercancías, estaba entre un dólar y 1,37 dólares, dependiendo del tipo, y ahora sube a casi el doble, con algo más de 2,10 dólares el galón.