En Bruselas la preocupación por Colombia se ha hecho sentir. Si bien se apoya el diálogo, se piden garantías y respeto para la movilización social. E investigaciones de los casos de uso desmedido de la fuerza.
«No hay duda que Colombia requiere del diálogo nacional al que llama el presidente Iván Duque. No obstante, como Unión Europea, no sólo reclamamos diálogo sino también reformas, reflexión por parte de los poderes públicos y evidentemente el respeto al legítimo derecho de manifestación”, dijo a DW Javi López, presidente de Eurolat (Asamblea Euro-Latinoamericana). El fin de semana, desde la delegación de la UE y 16 embajadas de los Estados miembros salió un mensaje en ese sentido hacia el gobierno en Bogotá.
«El mensaje enviado es muy claro. Queremos recordar así mismo que las Fuerzas Públicas también están obligadas a cumplir la ley, incluido el uso proporcional de la fuerza. En caso de que no haya habido uso proporcional de la fuerza, el Estado y la Justicia tienen que tener herramientas suficientes para empezar investigaciones y asumir responsabilidades”, añade López.
A las tres vidas perdidas en enfrentamientos con las fuerzas del orden de la semana pasada, se suma este 25 de noviembre la muerte del joven de 18 años que fue herido por la policía durante una manifestación el día del Paro Nacional (21.11.2019). «La muerte de Dylan Cruz confirma tristemente que nuestros temores eran fundados”, dice a DW Jórge Gómez, coordinador de la plataforma OIDHACO (Oficina Internacional de Derechos Humanos- Acción Colombia).
Las más de 800 detenciones arbitrarias y las decenas de heridos lo llevan a afirmar que, efectivamente, ha habido un uso excesivo de la fuerza y la represión. «Debe haber sanciones”, subraya. En nombre de las 35 organizaciones europeas que conforman la plataforma, OIDHACO había enviado una carta al presidente de Colombia, Iván Duque, advirtiendo pidiendo garantías para la movilización y para la integridad física y la libertad de quienes participaran en las movilizaciones, un derecho previsto en la Constitución.
«Habíamos advertido de los riesgos del uso excesivo de la fuerza por parte de la ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios), que ya lo habíamos vivido en las manifestaciones estudiantiles de octubre. El presidente Duque fue elegido democráticamente, pero los actores sociales tienen derecho a reprobar su gestión”, añade Gómez.
Presencia de la UE
«Deploramos la pérdida de vidas humanas y rechazamos con firmeza los actos de violencia que empañan el derecho legítimo a la protesta pacífica y generan miedo, caos y desorden”, reza el comunicado. Éste incluye una exhortación a las instituciones a investigar y sancionar a los responsables de los actos violentos. En el texto de los europeos se saluda el diálogo anunciado por el mandatario colombiano con alcaldes y gobernadores.
«Nosotros creemos que el diálogo tiene que darse con la sociedad civil, con los actores que se han movilizado”, sigue Gómez. «Vemos con preocupación que se cierran espacios con la sociedad civil en todo su esplendor –mujeres, poblaciones en los territorios, víctimas del conflicto. El diálogo debe hacerse en espacios que ya existen y se debe empezar cumpliendo, con una agenda concreta, con cosas acordadas anteriormente”, agrega el coordinador de OIDHACO.
«La UE pide diálogo y nosotros lo apoyamos, pero no es suficiente. Hay unos que mueren y otros que disparan, no podemos ser equidistantes entre las víctimas y los verdugos”, dice por su parte a DW Manu Pineda, eurodiputado del bloque de la izquierda. La víspera de la gran movilización y haciéndose eco de los allanamientos de moradas de líderes sociales, Pineda, junto con otros dos diputados, había enviado una carta al mandatario colombiano pidiendo garantías para la seguridad de los manifestantes. «Tenemos que forzar a Duque a respetar los derechos humanos y a cumplir con los acuerdos de paz”, afirma Pineda.
En diversos escenarios de la UE, la situación de Colombia está presente. El mismo 21 de noviembre, en otra carta, firmada por 35 eurodiputados de varios grupos políticos, se expresaba preocupación por el asesinato de líderes indígenas y se hacía un llamado a la prevención, la investigación y el esclarecimiento de los hechos. Con la convulsa semana coincidió también la presencia de la Directora de Cooperación y Desarrollo para América Latina: se trataba de visitar los proyectos que la UE implementa en el país en el marco del Fondo Europeo para la Paz de Colombia.
«El mensaje de los europeos ha sido muy importante”, analiza Gómez. «Muestra su preocupación por el deterioro de la situación. Legitiman las movilizaciones pacíficas”, puntualiza.
«Colombia es un país amigo, no sólo respetado sino admirado por procesos complejos que tiene enfrente, un país que está viviendo la inestabilidad regional. Pero cuando la población reclama mayores cuotas de justicia e inclusión se deben llevar a cabo reformas.”, concluye López sin dejar de insistir en «el inapelable derecho de manifestación y que el uso de la fuerza debe ser siempre en la lógica de la proporcionalidad».
Con información de DW