Así lo deja entrever el portal de noticias políticas La Silla Vacía.
Este primero de octubre comenzó el proceso para elegir al nuevo director de la CAR, un cargo clave en Cundinamarca porque maneja cerca de un billón de pesos al año e incide, entre otros, en permitirles o negarles a los alcaldes las peticiones de expandir sus municipios, un poder muy importante en medio de la ola de denuncias por volteo de tierras en la Sabana de Bogotá que lleva ya casi cuatro años.
Aunque al final se pueden terminar inscribiendo varias decenas de candidatos, en esta ocasión quien comenzó a sonar primero como muy probable aspirante es el abogado Ricardo López Arévalo, que hasta finales de junio fue el Contralor departamental y todo indica que renunció, precisamente, para aspirar a la CAR.
López lleva una larga carrera como funcionario en la que paulatinamente ha ido ganando reconocimiento y poder en el departamento.
Antes de ser Contralor, fue procurador en Facatativá y Bogotá, secretario de la Unidad Nacional de Protección y asesor de la Dirección de Rentas en la Gobernación.
En 2015, de hecho, fue candidato a la Dirección de la CAR, pero no obtuvo ningún voto en el Consejo Directivo, que es el que elige y cuya mayoría se inclinó por Néstor Franco, el actual Director, que es del Partido de la U.
Meses después, en enero de 2016, sin embargo, aspiró a la Contraloría y llegó ante la Asamblea con el sello de ser cercano al gobernador Jorge Rey, y fue elegido con 12 de los 16 diputados, que hacían parte de la coalición del Gobernador (incluyendo a los dos del Centro Democrático, que en la campaña de 2015 no le hicieron campaña a Rey).
Y en el cargo, como contó Colombiacheck, nombró en algunos puestos directivos a políticos y a exfuncionarios salpicados por las denuncias del exsenador Carlos Fernando Galán, entonces de Cambio Radical, por volteo de tierras e irregularidades en los POT.
Ahora, en su probable segundo intento por llegar a la CAR, llega con más reconocimiento que hace cuatro años y habiendo acumulado más poder después de encargarse de vigilar cómo los municipios y la Gobernación se gastaban la plata, y habiendo denunciado casos de corrupción en los pueblos, aunque ninguno contra el Gobernador.
Lo que queda ahora es ver si en el ramillete de sus competidores aparece alguien de peso que pueda tener la suficiente capacidad de maniobra para competirle, sobre todo teniendo en cuenta que el Consejo Directivo es muy diverso porque lo integran representantes del Gobernador, de la Alcaldía de Bogotá, de la Presidencia de la República, tres alcaldes de Cundinamarca, uno de Boyacá, representantes de la Gobernación de Boyacá, así como de gremios privados, representantes de ONG y de comunidades indígenas.
Las inscripciones se cierran el próximo martes y la elección será el 28 de octubre, un día después de las elecciones locales a alcaldes, gobernadores, concejales y diputados.
Fuente: La Silla Vacía