Un muerto, centenares de heridos y capturados, es el balance de la movilización tras el alza de los precios en los combustibles.

Miles de indígenas y campesinos de todo el país llegaron este martes a Quito para protestar contra el presidente Lenín Moreno, que tuvo que trasladar la sede del gobierno a Guayaquil.

Ni el estado de excepción decretado por el gobierno el pasado jueves ni la presencia de los militares en las calles han sido suficientes para sofocar el estallido social que desencadenó el alza de los combustibles.

Los manifestantes, que el lunes intentaron en Quito ocupar el Legislativo y atacaron el edificio de la Contraloría, son acusados por Moreno de avanzar un «intento de golpe de Estado» con la complicidad del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

El parque El Arbolito y el vecino complejo de la Casa de la Cultura se convirtieron en un fortín de grupos de protesta, vigilado este martes por personas armadas con palos, verificó en la madrugada un periodista de la AFP.

AFP