DISCO HILL, LIBERIA - JANUARY 27: A family watches as a burial team lowers their loved one into a grave at the U.S.-built cemetery for "safe burials" on January 27, 2015 in Disco Hill, Liberia. The cemetery, operated by USAID-funded Global Communities, has buried almost 300 people in its first month of operation, with increasingly fewer of the bodies coming from Ebola Treatment Units (ETUs), as infection rates decline. The cemetery, where burial team members wear protective clothing (PPE), has been seen in Monrovia as a major achievement, as families of deceased loved ones are permitted to view the burials, important in Liberian culture. In an effort to control the Ebola epidemic in 2014, the Liberian government had ordered the cremation of all deceased in the capital, often further traumatizing surviving family members and unintentionally encouraging many families to hide their dead for secret burials. (Photo by John Moore/Getty Images)

La epidemia de fiebre hemorrágica Ébola deja 900 muertos desde el pasado mes de agosto en el este de la República Democrática del Congo (RDC), donde la inseguridad y la resistencia a reconocer la gravedad del problema obstaculizan la respuesta, según el último recuento de las autoridades sanitarias.

Desde el inicio de la epidemia, «se registraron 1.396 casos, de los cuales 1.330 confirmados y 66 probables. Dejando un saldo total de 900 muertes» hasta el 25 de abril, indicó el Ministerio de Salud del país en su último informe del día viernes.

El instituto asegura que , 394 personas se curaron, mientras que 260 casos sospechosos «están siendo estudiados».

La epidemia fue declarada el pasado mes de agosto en la provincia de Kivu del Norte (noreste) y marginalmente en la vecina Ituri.

El epicentro se desplazó desde Mangina, en zona rural, a la ciudad de Beni, y ahora a Butembo-Katwa, 50 kilómetros al sur de Beni.

La actual epidemia de fiebre hemorrágica del Ébola es la décima y la más grave registrada en territorio congoleño desde 1976.

Es además la segunda más grave desde la de África Occidental en 2014 que mató a más de 11.000 personas en Guinea, Sierra Leona y Liberia, principalmente.

 

Fuente: AFP