Atentado con granada dejó una persona muerta y 14 heridas cuando velaban a cinco menores.
La detonación de una granada causó pánico y desconcierto en un sector que está bajo el luto desde el pasado martes ante la masacre de menores en un cañaduzal, en el extremo oriente de la capital del Valle del Cauca.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospína, y los comandantes del Ejército, general Eduardo Zapateiro, y de la Policía Metropolitana, general Manuel Vásquez, señalaron que los criminales no van a vencer la ciudad y se reforzaron los controles y la investigación para aclarar los nexos entre la masacre y la explosión.
Pasadas las 6:00 de la tarde del jueves, Janer Díaz Hernández, un conductor, salió de la casa y se encaminó al parqueadero de los ‘yipetos’ o gualas’, como se conoce a los camperos de servicio público.
La onda explosiva causó pánico cuando en viviendas vecinas se cumplían las velaciones de cinco menores que aparecieron asesinados en un cañaduzal cerca del barrio, al anochecer del pasado martes.
Las esquirlas alcanzaron a 15 personas, entre ellas un bebé de 10 meses y dos policías, que estaban en el control y la investigación para aclarar la masacre de los menores. Los lesionados fueron llevados a hospitales y a dos clínicas.
Janer, el conductor de ‘yipeto’, recibió el impacto de la detonación y quedó tendido en el asfalto. Su muerte se produjo casi en el acto aunque fue llevado a urgencias de un centro asistencial.
Eucaris Hernández, la mamá, llora la muerte de uno de sus cinco hijos, al que consideraba su mayor apoyo y que vivía en su misma casa. «Janer no tenía nada qué ver con esta violencia. Me queda su hija, de 5 años, que era su adoración y a la que le preparaba un regalo para su cumpleaños este 17 de agosto».
Jairo Garay, un venezolano, que también se desempeña como conductor, llegó a dar el pésame en la mañana del viernes. Estaba angustiado por sus quemaduras y porque en su mano se incrustó una esquirla pero que no se la habían retiado dado que no tiene seguridad social. El defensor del Pacíente, Jhon Murillo, intervenía para darle atención.
«Nos han hecho daño a los del pueblo, que no tenemos qué ver en lo que está pasando», dijo Garay.
“Es una situación desgarradora y criminal que demandó inmediatamente la presencia de todas las agencias del Estado”, dijo el alcalde Jorge Iván Ospina Gómez, quien cumplió dos días al lado de los habitantes del barrio Llano Verde.
Anunció que se acordó la presencia y acompañamiento especial que harán Ejército y Policía Nacional en el oriente de Cali.
“Nuestra ciudad necesita ser hoy más solidaria que nunca, construir confianza y entender que no vamos a poder salir de momentos aciagos y difíciles como los que vivimos, sino somos uno solo. Privilegiar la vida y luchar por nuestros adolescentes debe ser el motor fundamental de toda la caleñidad. Habrá militarización, presencia de la Policía y todo el Estado, porque no nos van a vencer los violentos”, dijo Ospina.