«La crisis no nos define, pero nuestra fe si»

Por Julián Gelvez

Tenemos la falsa creencia de que Dios llama a las personas perfectas para su comisión pero cuando leemos las sagradas escrituras podemos observar que por el contrario de éste imaginario, Dios llama a los más viles y menospreciados (1 Corintios 1:27-31) para mostrar su gloria y su poder a su pueblo. Y en el caso de Moisés Dios no hace excepción.

Quién lo diría, Moisés un hebreo con muy pocas probabilidades de vivir en medio de un genocidio ordenado por el faraón en su tiempo, salvado de morir ahogado en la aguas del río Nilo, creció y vivió en una cultura que era ajena a él y al crecer toma la justicia por sus propias manos, cometiendo asesinato. ¿Qué probabilidad había de que Dios lo llamara?  Quizá para nosotros ninguna, pero Moisés ya estaba predestinado a liberar a su pueblo de la opresión egipcia.

Igualmente pasa con nosotros (obviamente guardando las proporciones).  Muchas veces tenemos poca probabilidad de éxito en los proyectos que emprendemos, en construir un hogar solido o mantener una familia y de ésta manera son muchas las adversidades con las que nos enfrentamos día a día por cumplir los propósitos de nuestro corazón.  Inclusive Jesús fue despreciado por su origen humilde pero para sorpresa de muchos, éste humilde albañil de Galilea era el hijo del Altísimo y en su vida estaba el ministerio más grande de la historia de la humanidad, morir por el perdón de nuestros pecados, ofrecernos salvación y darnos la gracia inmerecida para poder conocer a Dios.

Son muchas las personas que nos critican y ponen nuestra vida y nuestros proyectos de vida en baja estima, pero debemos alegrarnos porque la palabra de Dios es eterna y siempre se cumple. En el libro de Éxodo (14:13) Dios le dice a Moisés: “No temáis, estad firmes y ved la salvación  que Jehová hará hoy con vosotros, porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis”.

Hay algo que nos pide Dios hoy y es un cambio de actitud frente a las adversidades, quizá Moisés tuvo miedo frente al mar Rojo pero Dios le pide que no tema. Hoy Dios te pide que confíes en Él y que no temas, te pide firmeza en tu carácter y en tu corazón para enfrentar tu problema y lo mejor aún, te dice que las adversidades que experimentas hoy, jamás las volverás a  vivir.

Esto es una clara invitación a seguir confiando en Dios. Moisés confió y pudo en ése justo instante de tensión, frente al mar Rojo, en un lugar donde no había posibilidad de escapar, experimentar el poder de Dios.

Aquel poder fue visto por una persona tartamuda y sin habilidad de oratoria, un asesino, un sobreviviente a un genocidio y para empeorar sus condiciones, Moisés era constantemente probado por su propio pueblo. Pero fue su confianza en Dios la que lo sacó adelante en la prueba y atravesar el mar Rojo ileso y respaldado por el Señor.