Aspira a la Cámara de Representantes por Cundinamarca en Centro Esperanza, con el número 105.    

«Es el momento de construir una nueva historia para nuestras generaciones futuras, que hablen de prosperidad, oportunidades para todos,  educación gratuita, calidad de vida,  paz y  disfrute de nuestra riqueza, biodiversidad y territorio de manera rentable y sostenible» dice la profesional del Derecho y las Ciencias Políticas de Fusagasugá.
Añade que, «Colombia se merece unos Congresistas  que representen los intereses de la nación  y no legislen para  intereses privados. Quiero contribuir a la transformación de Colombia, con la visión, las capacidades y el sentir de quienes  creemos  que es posible un mejor país».
Y puntualiza que, «Necesitamos renovar el Congreso y romper el ciclo de POBREZA – INTERCAMBIO DE FAVORES – COMPRA DE VOTOS Y DE CONCIENCIAS = LOS MISMOS DE SIEMPRE, CORRUPCIÓN – POBREZA».
De igual forma sostiene, que pretende ser representante a la Cámara para «Impulsar una revolución cultural y educativa, que promueva CAMBIOS DE MENTALIDAD EN LA SOCIEDAD. Necesitamos generar nuevos paradigmas  que regulen la vida en la familia, la sociedad civil y el Estado, a partir de principios. Más principios éticos, menos leyes«. Indicando que se debe, «potenciar y proyectar  el desarrollo humano, social y económico del país. Promoveré instrumentos de   gobernanza, como eje articulador del desarrollo, que descubra, genere, impulse y  distribuya la riqueza en los territorios y con ello se dinamice la economía local, se creen nuevos empleos y  oportunidades para todos».

Por último dice que, «Para reestructurar la conformación y funcionamiento  del Estado,  que sea  más justo en lo social, con más recursos para la inversión en las infraestructuras para el desarrollo;  más fuerte y efectivo en la justicia; promotor y  garante de una vida digna».

Perfil 

Mireya Ramirez, madre de Geryan, abogado, Mardian, psicóloga, y Mariana, una hermosa y talentosa quinceañera.

Nieta de productores agropecuarios, mi padre vigilante, mi madre modista. Nací en Bogotá y crecí en Fusagasugá, estudié en escuela y colegio público;  mejores bachilleres 1993; con un  crédito beca fui abogada a los 22 años.

Litigante independiente por más de 20 años; gestora de desarrollo local, voluntaria y activista en las causas del desarrollo humano, productivo y social.

Becaria de la  Fundación CEDDED de España  – BID – Congreso de los Diputados de España, en donde me formé en “Funcionarios Jurídicos Legislativos” y “Gestión de Desarrollo Local”, actualmente curso Maestría de Cooperación para el Desarrollo de los Pueblos.

Contempladora de atardeceres,  lunas llenas,   páramos de  nuestra rica biodiversidad y verdes paisajes cundinamarqueses.

Difícilmente me resisto a una arepa de mute con queso, ni a ninguno de los éxitos de  la Sonora Matancera;  disfruto los versos de Alberto Cortés y los boleros de Los Panchos.

Voluntaria y activista juvenil en Gestores de Paz 1995, Jóvenes Constructores de Paz 1999 a 2003, movilización juvenil reconocida internacionalmente por tener una de las 5 políticas de juventudes más importantes en Latinoamérica de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, que convocó y organizó proyectos de innovación y emprendimiento de los cuales se beneficiaron más de 5 mil jóvenes en 80 municipios del departamento, entre ellos fui gestora del programa Cundinamarca Habla Inglés, Co-gestora de los CIJ Centros de Informática Juvenil.

Fundadora de la Corporación para el Desarrollo y Gestión Local CDGL desde donde gestamos  AFRIJOSUM, hoy Asociación Nacional de Pequeños Productores que están exportando fríjol a los EEUU.

Más información en www.mireyaramirez.co