Los avances contra la pandemia de COVID-19 podrían verse perjudicados por un mayor uso de estos elementos de protección.
Un equipo de investigadores estadounidenses ha demostrado que ni las pantallas faciales ni las mascarillas N95 con válvula sirven para evitar la propagación del nuevo coronavirus, por lo que, advierten, su uso generalizado por parte del público podría tener efectos adversos en los esfuerzos por frenar la expansión de la pandemia de COVID-19.
El estudio, que pretende demostrar la escasa utilidad de las pantallas y las mascarillas con válvula (las famosas «mascarillas egoístas»), ha sido realizado en un laboratorio por investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Informáticas de la Universidad Atlántica de Florida (FAU), y se publica este martes (01.09.2020) en la revista Physics of Fluids.
Para hacer la demostración, los científicos emplearon iluminación con láser y una mezcla de agua destilada y glicerina para generar la niebla sintética que recreaba las gotas en aerosol que se exhalan al toser o estornudar.
Los resultados del estudio demostraron que, aunque las pantallas faciales bloquean el avance inicial del chorro, las gotas expulsadas se mueven alrededor del visor con relativa facilidad y se extienden por una gran área según sean las condiciones ambientales.
Por su parte, las simulaciones con mascarilla facial equipadas con una válvula de exhalación demostraron que un gran número de gotitas sin filtrar atravesaba mascarilla, reduciendo considerablemente su eficacia como medio de control del virus.
Con información de: DW