En Suecia, la idea futurista de que un implante electrónico bajo la piel sustituya a las llaves, las tarjetas de visita y los billetes de tren es ya una realidad para varios miles de temerarios indiferentes a los riesgos potenciales.

La práctica por ahora es confidencial y no ha generado ninguna polémica en un país loco por las nuevas tecnologías y quizá menos temeroso que el resto a la violación de datos personales, donde los beneficiarios de la seguridad social aceptan desde hace tiempo que su información sea compartida entre las administraciones públicas.

Sus promotores aseguran que el chip es totalmente pasivo, un accesorio que simplifica la vida diaria y que sólo emite datos cuando se pone la mano sobre un lector de tarjetas NFC (Near Field Communication: tarjetas que se activan al acercarse al lector como, por ejemplo, las llaves electrónicas o la tarjeta.

Como una suerte de monedero electrónico, el chip también puede incorporar pasajes de tren de la empresa de ferrocarriles nacional SJ.

El servicio, que lleva un año en funcionamiento, por ahora convenció a unos 5.000 usuarios, que pueden reservar el billete en línea y grabarlo en su chip.

Redacción: Fusagasugá Noticias / con información de Perfil.com