Foto: Martha Cobos - Fusagasugá Noticias Periódico Digital

El joven y bisoño mandatario, no ha podido ajustarle la rienda al potro de su Administración Municipal, a pesar de sus emocionales intenciones.

Por: Byron Valencia

Ser alcalde es un honor que cuesta, cuesta dinero su elección. Le cuesta al fisco, porque debe pagar favores(?) electorales, primero, a sus cuates de compromiso y luego a los concejales que respaldan (?) su Plan de Desarrollo. Eso se llama operación retorno. Además debe retribuirle de alguna manera (?), al Partido que le otorgó el pernicioso y corrupto aval.

El joven y bisoño Jairo Hortúa, no ha podido ajustarle la rienda al potro de su Administración Municipal, a pesar de sus emocionales intenciones. Como en todo el país la inseguridad es el talón de Aquiles. Fusagasugá es un fiel reflejo de lo que está ocurriendo en gran parte del territorio nacional. Pero ese consuelo en política, es una simple y precaria idiotez. Contra la inseguridad, seguridad.

Pero qué hacer cuando un alcalde es inseguro?. Primero que restituya su propia confianza. Segundo que retorne de sus epifanías y que se convenza de tener sus pies sobre la tierra. Tercero que relea su Programa de Gobierno y su Plan Desarrollo para que entienda bien, en qué bollo se metió.

Que no siga con cálculos políticos hacia el futuro, porque el electorado no perdona. Un mea culpa honesto le caería de perlas. Que se rodee mejor. En Fusagasugá hay gente capaz y decente.

Que todos nos demos cuenta que hay un Jefe de Gobierno con autoridad y con conocimiento. Que nos convoque con una gran idea para acompañarlo en su propósito real y serio contra la inseguridad, el bandidaje, la extorsión, el susto y la cobardía civil.

Doctor Jairo Hortúa, recuerde: Ser Alcalde es un HONOR que cuesta.

La Inirida, Fusagasugá, agosto 29/2021
valencia.byron@gmail.com