Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3

Por Julián Gelvez

En un popular relato bíblico Nicodemo, un fariseo ‘curioso’ se acerca a Jesús para preguntarle acerca de la legitimidad de sus actos como mesías. A lo que Jesús responde diciendo que sólo aquellos que nacen de nuevo pueden ver el reino de Dios. (Pueden ver sus actos como divinos y legítimos). Lo que afirma Jesús es que cualquiera puede acceder al reino del Padre si cambia su corazón y empieza a ver su realidad con ojos espirituales, pero para lograr ese objetivo hay que volver a nacer. Nicodemo cree que para volver a nacer hay que retornar al vientre de la madre, pues éste no conoce otra manera de nacer.

Re-nacer para ver

¿Qué implica volver a nacer? Lógicamente Nicodemo estaba equivocado, es imposible volver al vientre materno, pero no estaba del todo equivocado porque reconoce (comprende) que hay que retornar y volver al origen. Esto implica un cambio o una revolución del ser (de tu espíritu). Muchas veces vamos caminando por la vida viendo con los ojos que nos puso el afán del mundo y miramos con ojos económicos, políticos, religiosos, culturales o sociales y olvidamos que nuestros primeros ojos fueron espirituales y los cambiamos por los anteriormente mencionados. Muy seguramente nuestros ojos no nos permiten ver como ve Jesús (más allá de las apariencias), pero si trabajamos todos los días en nuestra revolución espiritual encontraremos el camino de vuelta al vientre.

Renacer implica un cambio espiritual (lo que los cristianos llaman arrepentimiento) y este cambio durante el proceso significa morir a lo que somos para darle paso al nacimiento de la nueva criatura (una nueva y mejor versión de ti). Sólo de esta manera, deseando un cambio total de nuestra existencia, un cambio espiritual de nuestros pensamientos lograremos trascender y ubicarnos nuevamente en el origen.

Recuerda que el origen (vientre) es lo más parecido al gozo que hemos experimentado, podemos cambiar un lugar frío y sin sentido por un lugar lleno de significados y calientito y ese lugar te servirá para vivir de otro modo, serás más sabio porque nacerás de nuevo pero con la sabiduría que has ganado con los años, nacerás de nuevo pero más seguro en tus propósitos, nacerás de nuevo sin caer en prejuicio, nacerás de nuevo porque en tu corazón limpio habrá lugar para tu nuevo espíritu. No hay necesidad de creer en un dios establecido institucionalmente porque comprenderás que Jesús es el camino y no el fin. Generalmente la religión distrae al espíritu de su renacimiento y quizá eso era lo que quería decir Jesús cuando afirmaba que deberíamos nacer de nuevo para poder ver el reino de su Padre.

Si quieres nacer de nuevo debes cambiar tu corazón, esto te permitirá ver tu realidad de manera distinta (con amor) y contemplar y respetar otras realidades diferente a la tuya (superarás el prejuicio). De esta manera podrás disfrutar del amor en su mayor magnitud y gozarte de las bendiciones de la vida. Recuerda que no está muerto quien lucha por su espiritualidad, muévete de tu lugar y ten un encuentro con tu corazón.