Las marcas en el cuerpo de Esneidy Gabriela Gallego, y un vídeo de una cámara de seguridad, revelan la brutalidad con la que un habitante de calle la atacó hace algunos días en el norte de la ciudad de Neiva.

La joven de 20 años de edad y estudiante de cuarto semestre de Administración Financiera, caminaba el pasado sábado 23 de marzo a las 6:30 de la mañana por la Carrera Primera, sobre un sector del barrio Santa Inés, hacia el Centro Regional de Educación a Distancia Neiva de la Universidad del Tolima,  que funciona en las instalaciones del INEM, para asistir a clases.

Un recorrido que habitualmente le toma unos 10 minutos desde la casa de su tío donde le ofrecen hospedaje.

Gabriela vive con sus padres en el centro poblado de La Arada, municipio de Alpujarra, Tolima. Entre semana trabaja en una panadería para poder costearse los gastos de su carrera universitaria. Y desde hace dos años, cada fin de semana, toma  el transporte que en tres horas y media la trae a la capital huilense.

Su rendimiento académico le ha merecido una beca de esa casa de estudios, algo de gran ayuda para esta humilde joven que busca superarse.

Sin embargo,  en esta ocasión, la dedicada estudiante padeció un inesperado y peligroso encuentro con un hombre que por poco la asesina a golpes. Se trata de un habitante de calle, que según se ha rumorado,  deambulaba por ese sector, pero Gabriela asegura que nunca en su vida lo había visto.

“Yo iba caminando y vi a ese señor, me causó miedo porque lo vi como un indigente y me corrí un poco hacia el lado de la pared, cuando este individuo me coge a golpes sin ninguna razón. Impotente yo trataba de defenderme pero él me daba más fuerte. Me soltó porque quiso, sino seguro me hubiera matado, a puros puños me reventó la cabeza. Yo corrí hacia la acera del otro lado hasta se me cayó el celular. Al frente se encontraban unas señoras que tienen una venta de tinto y jugos y ellas fueron las que me dieron los primeros auxilios, me cogieron, me dieron agua, me ayudaron a comunicarme con mis familiares para avisarle”, manifiesta la joven víctima.

El atacante, que hasta ahora solo se conoce como ‘Jefferson’, después de propinarle tremenda golpiza durante medio minuto a la estudiante sin que nadie la favoreciera, se alejó del lugar.

Tras enterarse del salvaje hecho, el tío de Gabriela y la esposa de éste llegaron a su encuentro. La trasladaron al CAI de Cándido para colocar la respectiva denuncia, y luego al centro de salud Las Granjas donde le suturaron con cinco puntos la herida en su cabeza.

La paliza que recibió la estudiante le dejó delicadas afectaciones.

Su vida no ha vuelto  ser normal

Después de haber sido atendida en el centro médico, Gabriela regresó a su pueblo. Hasta el martes, finalizado el puente festivo madrugó a viajar a Neiva para dirigirse hacia la Fiscalía y Medicina Legal y hacer lo pertinente. “Coloqué la denuncia por lesiones personales, en Medicina Legal me tocó esperar más de cinco horas para un examen, llegó las siete de la noche y no me habían atendido. Cumplido todo ese trámite me dijeron que ahora solo tenía que esperar hasta que Fiscalía me notificara”, indica la muchacha.

La universitaria menciona que le formularon medicamentos los cuales tuvo que pagar de su propio bolsillo. Tampoco le ha sido posible recibir atención médica especializada. “Allá en Neiva no se pudo porque mi EPS Comparta es del Tolima, no del Huila. Y acá me dan cita para viajar a Espinal o Ibagué, un recorrido de seis horas demasiado lejos para la condición en la que me encuentro y además me tocaría quedarme allá hasta el otro día, sumado a que no he contado con los recursos para hacerlo”.

En su casa en La Arada, la universitaria ahora guarda total reposo. Su rostro hinchado no ha mejorado para poder volver a su trabajo ni acudir a sus clases este fin de semana. Hoy le retirarán los puntos de la cabeza en el puesto de salud del pueblo. Admite que no ha querido ver el video que circula por redes sociales de la brutal agresión que sufrió, no quiere volver a ver de nuevo al indigente. Lo único que quiere es estar en su casa cerca de su familia.

“La mitad de mi rostro todavía está morado, tengo el ojo hinchado y no puedo abrirlo bien, mi brazo está con una gran moretón, tengo lesiones posiblemente en el oído porque me pica, me silva. Mi dolor ha sido muy grande, esto ha sido muy traumático, lo que me mantiene con fuerzas para levantarme y continuar mi vida es la fe en Dios”.

Agresor atendido

El sujeto Jefferson, minutos más tarde del ataque fue detenido en la calle por el cuadrante 1 de Policía del CAI de Cándido, y conducido al Hospital Universitario de Neiva. Allí en la Unidad Mental recibe ahora tratamiento por un diagnóstico de posible psicosis y posible consumo de sustancias psicoactivas.

El habitante de calle, según sus propias palabras, ha recibido un servicio “confortable”. Las autoridades confirmaron que no registra antecedentes penales. Un miembro de su familia en Florencia tuvo comunicación con la Unidad Mental, y se haría la remisión del paciente hacia esa ciudad.

Según ha indicado uno de los profesionales que lo atiende, “parece ser que reconoce en las mujeres una relación previa con una decepción amorosa”, lo que podría causar su comportamiento salvaje hacia ellas. Algunas mujeres, han señalado también haber sido maltratadas por este individuo, pero hasta el momento, no existen otras denuncias formales en su contra.

Queda el temor de que ‘Jefferson’ no regrese a las calles, y continúe siendo un verdadero peligro para más mujeres.

El habitante de calle recibe especial atención en la Unidad Mental del Hospital.

 

Fuente: La Nación